martes, 14 de mayo de 2019

To Lose Your Head (Idols) / Perdere la testa (Idoli) / Perder la cabeza (ïdolos): Catalonia in Venice (Pabellón catalán), Bienal de Arte de Venecia, mayo-noviembre de 2019





























































Fotos: Tocho, mayo de 2019


Dirección: Pedro Azara
Diseño del montaje: Tiziano Schürch
Construcción del montaje y transporte: Favio Monza y Artpercent
Coordinación. Eva Soria y Olga Díaz
Documentación: Pedro Azara y Dolors Magallón
Diseño gráfico: Quim Pintó y Montse Fabregat
Fotografías: Felipe de Ferrari y Luis Tudela
Videoarte: Albert García Alzórriz y Gabriel Ventura
Filmaciones y grabaciones: Pedro Azara, Joan Borrell y Kerman Arranz
Catálogo: Editorial Tenov
Autores: Pedro Azara, David Bestué, Daniela Ortiz, Perejaume, Francesc Torres, Lúa Coderch, Lola Lasurt
Pasacalle y máquina expendedora: Marcel Borrás, con Marta Aguilar y Anabel Labrador

Agradecimientos a los prestadores, a todas las personas que han proporcionado información y en especial a Aureli Santos (director del Patrimonio del Ayuntamiento de Barcelona)




PERDER LA CABEZA….

“Para destruir un ídolo, se debe moler y echar el polvo al mar. No se debe lanzarlo al viento porque podría fertilizar la tierra. Nada prohibido debe quedar en las manos (Lo Yidbak b'Yadcha Me'umah Min ha'Cherem). Hasta los fragmentos deben desaparecer.” (Avodaz Zarah –Adoración extralña-, 44)

 Había una pequeña Virgen que le gustaba mucho, y de pronto, delante de la Virgen, se enterneció y empezó a hacer una especie de oración, y después, sin ninguna clase de intermedio, escupió a la Virgen y empezó a insultarla.” (Salvador Dalí sobre Luis Buñuel, 1969)

Lejos de la reflexiva actitud ante las imágenes que se debería de tener, según la teoría del arte occidental, heredera del Siglo de las Luces -guardando las formas, manteniendo las distancias-, ayer como hoy, las estatuas naturalistas, expuestas al público, suscitan reacciones apasionadas, que van del acercamiento al rechazo, de las caricias a la mutilación. Las estatuas se “exponen” a provocar enconados movimientos, se arriesgan a mostrarse, a revelar su cara, al careo, al enfrentamiento; buscan el encuentro, retan, rozan a los espectadores. Las estatuas organizan y disuelven comunidades, muestran lo que se quiere ver –y no puede verse si nos es por la mediación de la imagen-, y lo que se rechaza. Las imágenes son seres vivos que no dejan a nadie indiferente.
Los retos, los riesgos que la manifestación de las estatuas acarrea se dan en todas las épocas y culturas. Son testimonios adorados o molestos. Ponen en juego su vida y la vida de quienes viven pendientes de aquéllas. La buena o mala fortuna de un individuo o de una colectividad depende del buen o del mal de ojo de la imagen.
Una comunidad como Cataluña, con sus montes sagrados y sus mitos identidarios, no escapa a esas reacciones humanas ante la presencia de imágenes. Se hace cola para adorarlas, o se las ciega, se las decapita. Pero la cabeza que pierden también simboliza la cabeza que perdemos, una pérdida que es una ganancia, pues es la prueba que la imagen ha logrado su objetivo: sacarnos de nuestras casillas, despertarnos y enfrentarnos a nuestros temores y a nuestras esperanzas. Devolvernos a una vida plena y contradictoria. Una estatua adorada o destruida es una estatua colmada, que ha alcanzado el fin.
El Pabellón de Cataluña en Venecia presenta la biografía de una docena de estatuas públicas que, en los últimos años, durante y años después de la dictadura, han suscitado reacciones apasionadas, viscerales o extáticas, y expone algunas cuya vida más las ha marcado, junto con interpretaciones contemporáneas, desde diversos géneros artísticos, del fervor, del dolor o el temor con el que las afrontamos. Los propios visitantes podrán confrontarse con ellas, dentro y fuera del pabellón, o podrán “ver” como algunas se les acercan…Cuidado con las estatuas.

“… invadieron la Grecia sin perdonar del saqueo las estatuas de los dioses, ni del incendio los templos. ¡Los altares, suprimidos; las estelas de los dioses, arrancadas de raíz de sus bases, por el suelo en confusión, arrojadas! Por el daño que han causado digno castigo sufrieron, y aún habrán de sufrir más, que el cimiento de sus penas acaba de ser echado, y se encuentra aún en la infancia. Que tal será el amasijo de sangre y degüello que sufrirán…” (Esquilo: Los Persas)


TEMOR Y TEMBLOR ANTE LOS ÍDOLOS

1.-ADORACIÓN
La adoración de las estatuas se ha dado desde siempre. Se trata de un sentimiento complejo y ambiguo. Platón distinguía entre iconos (imágenes que hacen ver entes y seres sobrenaturales, sin confundirse con éstos) e ídolos (imágenes consideradas como entes sobrenaturales), que daban lugar a dos actitudes distintas: la veneración en un caso, la adoración “idolátrica” en otro.
En el paganismo, las estatuas eran, al igual que los templos y otros objetos naturales y artificiales, cuerpos materiales habitados por los dioses, siempre inmateriales. En principio, la adoración se dirigía hacia el espíritu divino en la estatua. Para el cristianismo, por el contrario, la estatua es una imagen que permite pensar en la divinidad invisible, y un vehículo que canaliza las oraciones y los reproches hacia ella. Pero, al igual que ocurría con el paganismo, la frontera entre veneración y adoración es tenue e indefinida, y es difícil saber si se reza ante la estatua o directamente a la efigie divinizada.  

1.1 Salvador Martorell (1895-1968)
Paso de Semana Santa del Santo Entierro, 1942-1944
Madera policromada y telas bordadas
Gremi de Marejants, Tarragona

1321: El Gremio de Mareantes ya existía –uno de los más antiguos aún activos de Europa.
Circa 1713: Isidre Espinal (¿1696?-1741) talla el paso original
Circa 1820: Vicente Roig restaura o rehace la talla
21 de julio de 1936: quema intencionada del paso ante la iglesia de San Pedro del Serallo
1942: Una réplica inconclusa del paso, por el escultor Salvador Martorell, en la procesión del Santo Sepulcro del Viernes Santo
1944: Talla concluida
1999: La Generalitat de Catalunya declara la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo, de Tarragona, “fiesta tradicional de interés nacional”

2. DESTRUCCIÓN
La destrucción, siempre violenta, de las estatuas, es también una práctica común desde la antigüedad. Las estatuas que no respondían a las peticiones humanas eran azotadas, derribadas o destruidas. El ensañamiento en la mutilación y, en particular, la decapitación, ayer y hoy, responde bien a la consideración de la estatua como un ser vivo. Sin testa ya no “es”. Dichas acciones revelan la creencia en la identificación entre la imagen y el modelo denostado, o la capacidad de la imagen de cobrar vida, dejando de ser una imagen para convertirse en un ser a parte entera que merece el mismo trato, respetuoso o de rechazo, que una persona querida u odiada. Hoy como ayer, se destruyen estatuas para anular su poder sobre nosotros, un acto que revela la importancia que les concedemos y la influencia que éstas ejercen sobre nosotros, capaces de influir, hasta hacernos perder la cabeza –cabeza que la estatua mantiene fría, sin embargo-, en nuestros actos y en nuestros sentimientos.

2.1 Adolf Florensa (1889-1968) & Joaquim Vilaseca (1885-1963) (columnata), y Josep Clará (1878-1958)
Monumento a los Caídos, 1951
Mármol
Depósito Municipal de Nou Barris, Ajuntament de Barcelona

• 19 octubre de 1951: Inauguración
• 19 de mayo de 1972: Estalla una bomba de la F.A.C. (Front d´Alliberament Català). Nueve miembros detenidos el 28 de mayo.
• 11 de enero de 1974, 6.15h de la mañana: Dos cartuchos de dinamita, del grupo Olla (Organització de la Lluita Armada), como protesta por la condena a muerte del anarquista Salvador Puig Antic, derrumbaron una pilastra y la cruz, dañaron cuatro pilastras, e hirieron un viandante por la caída de cristales de la Facultad de Químicas.
• 20 de septiembre de 1980: la policía halla un paquete bomba con un tubo de 50 cm de largo y 16 cm de diámetro, y 24 quilos de explosivos (Goma-2), depositado por cuatro miembros del PCE (I), detenidos. Entre éstos, Dolores López Resina, posteriormente miembro del Comando Barcelona de ETA.
• 1 de julio (junio) de 2001: derribado por un atentado de la Plataforma Antifascista de Barcelona. Retirado y restaurado. El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) rechaza la obra por la restauración efectuada.
• 28 de julio de 2005: Retirada de la columnata, sustituida por un parterre, lo único que queda del proyecto de urbanización del arquitecto Helio Piñón, encargado dos años antes y presentado públicamente en el Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña (COAC) el 17 de marzo de 2003.

2.2 Josep Viladomat (1899-1989)
Fragmentos del Monumento ecuestre a Francisco Franco, 1963. Original en bronce, destruido y pintado, depositado en el Museu d´História de la Ciutat de Barcelona (MUHBA). Colección Ajuntament de Barcelona

Nota: El ayuntamiento de Barcelona interpuso una denuncia contra personas no identificadas por destrucción de un bien público. Pendiente el juicio, la prueba del daño no puede salir de Barcelona. Además, la compañía de seguros debería abonar la limpieza de materias orgánicas y la consolidación de los fragmentos, pero la denuncia obliga al pago a los desconocidos causantes del daño.

 
• 17 de junio de 1963: inaugurado en el Patio de Armas del Castillo de Montjuich por el jefe del estado, Francisco Franco
• 3 de junio de 1985: pintado de rosa el día de las Fuerzas Armadas. Retirado al Museo Militar de Montjuich. Se tuvo que aserrar una pierna de la estatua para poder introducir la obra en el museo, y se pintó enteramente de Oxirón gris.
• 8 de junio de 2013: Decapitación anónima en los almacenes municipales de Nou Barris. Nunca se ha sabido quién y porqué se llevó a cabo esta acción. Desde entonces, la seguridad del depósito se ha reforzado.
• 18-20 de octubre de 2017: expuesto, pintado y mutilado en la explanada del Centro Cultural Born de Barcelona.



3. ANULACIÓN
La influencia que las estatuas ejercen sobre nosotros se mantiene mientras éstas estén presentes, nos miren y las podamos contemplar. La retirada definitiva de la estatua del espacio público, su ocultación (sin la destrucción de ésta), por razones no estéticas, sino políticas, persigue evitar que siga apareciendo como una figura modélica y poderosa que condiciona –estructura y mantiene- la vida de una “polis” o comunidad, lo que también revela la inevitable consideración mágica de la estatua, juzgada como un ser vivo dominante que debe ser secuestrado o encarcelado.

3.1 Frederic Marés (1893-1991)
Réplica de un original en bronce de Josep Oriol Mestres, arquitecto (1815-1895) & Venancio Vallmitjana, escultor (1826-1919)
Monumento a Antonio López, 1944
Piedra de Montjuich
Depositado en el Museu d´Història de la Ciutat de Barcelona (MUHBA), Barcelona

• 24 de diciembre de 1883: fundición en bronce
• 13 de septiembre de 1884. Inauguración
. 21 de Junio de 1902: la revista satírica La Campana de Gràcia (núm 1727) propone sustituir la estatua de Antonio López por la del poeta y sacerdote Jacinto Verdaguer
• 24 de agosto de 1936. Derribo con cuerdas en los inicios de la Guerra Civil. Destrucción de las inscripciones alegóricas, reemplazadas por la inscripción “Plaça del capitá Biardeau, mártir de la libertad”. Colocación de un retrato en relieve, con una bandera roja y coronas de flores, del capitán Biardeau, muerto el 6 de octubre de 1934 en la lucha ante el edificio de la antigua Capitanía General.
• 20 de enero de 1944: réplica en piedra del monumento por Frederic Marés
• 4 de marzo de 2018: retirada de la estatua por el discutido pasado esclavista de López. Depositada en el MUHBA

3.2 Genaro Iglesias
Monumento a los caídos, 1963
Bronce
Depósito municipal, Ajuntament, Balaguer (Tarragona)


• 30 de junio de 1963: Inauguración por el General Franco. Obra de un escultor republicano represaliado, condenado a vivir a 150 km de Barcelona. La primera versión, con una figura masculina desnuda no fue aceptada. El encargo era de un soldado con un arma, un casco y una bandera, convertido en un campesino de pecho desnudo, una azada, un casco y una pirámide, vaga representación de una bandera.
• 1982: Retirada por su relación con el dictador Franco
. 2019: Posible restitución del monumento por el pasado republicano del artista

3.3 Joan Brossa (1919-1998)
Record d´un malson (1991)
Mármol, cobre y madera
Museu de l´Història de l´Immigració a Catalunya, Sant Adrià de Besos (Barcelona)

1989: Encargo municipal de un monumento para el barrio de La Mina de Sant Adrià de Besós (Barcelona). Brossa ya anuncia el tema de la obra
1991: Entrega del monumento: una cabeza decapitada sobre una bandeja, posada sobre una silla funcionarial, del ex alcalde de Barcelona, José María de Porcioles, bajo cuyo mandato se cometieron desmanes urbanísticos como el barrio de La Mina.  Expuesta durante un día en la plaza de Josep Tarradellas en Sant Adrià de Besòs. Retirada por el alcalde y almacenada.
 10 de junio de 1995: Recuperación y exposición en un parterre en el cruce de las calles San Ramón de Peñafort y Cristóbal de Moura, en un extremo del Parc del Besòs, ante los bloques de la Mina.
13 de junio de 1995: Retirada del monumento y nuevo almacenamiento. Expuesta en la Biblioteca Popular, y retirada ante las protestas de la Asociación de Vecinos por la agresividad de la imagen para la educación de los niños.
2004: Exposición permanente en el Museu de l´Història de l´Immigració a Catalunya, en Sant Adrià de Besòs (Barcelona).
19 de enero de 2013 (aniversario del artista): Acción a lo largo del parque de la ribera de Besòs, con una réplica, en material ligero, pintada de verde, de la testa de la estatua, que concluyó con la destrucción de ésta lanzada contra la fachada del museo.

4. MANCILLAMIENTO
La desfiguración es un procedimiento habitual para negar la vida de una imagen. Echar pintura, casi siempre rojo sangre (el rojo de las llamas infernales, también), parece un gesto común. El rostro es la parte habitualmente afectada y, en particular los ojos. Del mismo modo que se han sacado o rayado con saña los ojos de las figuras pintadas o esculpidas desde la antigüedad, tanto para evitar que una estatua se despierte (en el Próximo Oriente antiguo), como para neutralizarla (en Bizancio, en el siglo IX, cuando se cegaban las estatuas para evitar el influjo de su mirada), la pintura afea el rostro, vela los ojos y evita que las estatuas nos miren. En algún caso reciente, se ha llegado a echarles aceite hirviendo, rememorando métodos medievales de defensa ante el temido enemigo. De nuevo, dichos gestos reconocen la turbación que las imágenes nos causan, y el trato humano o inhumano -absurdo o impropio ante un objeto material si éste fuera inerte-, que damos a las estatuas que nos observan.     

4.1 Francisco López (1932-2017)
Monumento a Lluis Companys, 1998
Bronce
Ajuntament de Barcelona

• 21 de abril de 1998. Inauguración
• 9 de agosto de 2013: Pintado por un colectivo de artistas por considerar la escultura inexpresiva
. 20 de julio de 2017: Pintado
 . 3 de abril de 2018: Pintado

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