domingo, 18 de agosto de 2019

KATHERINE LINN SAGE (KAY SAGE, 1998-1963): CIUDADES EN RUINAS Y FIGURAS VELADAS



























Giorgio de Chirico: La surprise, 1914 (adquirido por la artista)

Norteamericana acomodada, formada en Italia, viviendo en Roma y en Venecia antes de la Segunda Guerra Mundial, Kay Sage no fue aceptada por los artistas surrealistas precisamente a causa de su fortuna, pese a que Breton y otros artistas vivieron a su costa, y aprovecharon las ayuda que les brindó para emigrar a los Estados Unidos huyendo de la Alemania nazi y el París ocupado por los alemanes.
Ni siquiera se sabe si su segundo esposo, el pintor surrealista Yves Tanguy (alcohólico) la aceptó, dado el maltrato psicológico y físico a la que la sometió hasta el final.
Con la muerte de Tanguy, a mitad de los años 50, Sage dejó de pintar hasta que se suicidó a principios de los años sesenta.
Oscurecida por la fama y la obra de Tanguy, y hoy casi olvidada, las pinturas de Sage, marcadas por las obras metafísicas de de Chirico -una de cuyas obras emblemáticos adquirió- representan ciudades desoladas, a medio construir. Más que ruinas, ciudades decaídas por el tiempo, son ciudades, en territorios planos que se pierden hasta el horizonte, sin obstáculos, cuya construcción ha quedado detenida, quedando tan solo estructuras, marcos de puertas y de ventanas (quizá de madera, la madera estructural con la que su padre hizo fortuna), que, en ocasiones, acogen o encierran a figuras humanas enteramente veladas.

Tan solo una reciente exposición en un remoto pueblo no lejos de Boston (EEUU), le ha devuelto cierta visibilidad. Era la quinta muestra antológica en cincuenta y cinco años.

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