lunes, 29 de agosto de 2022

KAY SAGE (1898-1963): ARQUITECTURAS


























 En la espléndida exposición sobre la magia, la alquimia, el ocultismo y el surrealismo, en la fundación Peggy Guggenheim de Venecia, frente a grandes cuadros de Ernst y de Chirico, sobresale un inquietante y melancólico cuadro con la imagen de inestables y desolados andamios por encima de un paisaje cubierto por nubes o niebla. El interior de algunas estructuras está recorrido por telas blancas retorcidas y fantasmagóricas. El título de la obra es Mañana es Nunca, o no hay Mañana. Pintado por la artista surrealista norteamericana Kay Sage, sucede al fallecimiento de su esposo, el también pintor surrealista francés Yves Tamguy, cuya muerte llevó a Sage al suicidio. 
Una gran parte de su obra está recorrida por estructuras arquitectónicas vacías, abandonadas, casi ruinas, estructuras de rascacielos deshabitados o inhabitables, con puertas que abren al vacío, en paisajes desérticos y neblinosos, por el que transitan espectros ocasionalmente, una imagen del futuro que nunca será. 

domingo, 28 de agosto de 2022

MANOLO SANLÚCAR (1943-2022): LABERINTO (1982)

El arquitecto que subió a los cielos



Erwin von  Steinbach es un arquitecto legendario medieval (s. XIII), de quien se tienen pocos datos, salvo que habría sido uno de los proyectistas de la fachada principal de la catedral gótica de Estrasburgo -aunque se le ha considerado también el proyectista de todo el templo, una de las cumbres del arte gótico catedralicio. 

La catedral de Estrasburgo es también célebre porque es la única que aún mantiene la logia masónica, o la caseta de obra de los albañiles (maçons, en francés) que junto con los tallistas, los pintores, los arquitectos, los teólogos, los herreros, los vidrieros formaron un equipo de trabajadores, liberados de sus respectivos gremios, para proyectar y construir una catedral. Las casetas de obra se desmontaban al acabar el edificio. La duración de la construcción de la catedral de Estrasburgo logró que la caseta -donde también se guardaban útiles, instrumentos, planos y libros de referencia- perdurara en el tiempo.

 El arte medieval, denostado por el clasicismo, suscitó la nostalgia de unos tiempos “puros”, en los que el trabajo artesanal y la piedad pautaban la vida, a principios del siglo XIX, y los edificios góticos dejaron de ser considerados obras de los godos o bárbaros.
El entusiasmo por esos tiempos también se manifestó en las artes plásticas, con la pintura de estilo trovador, que representaba escena piadosas, de amor cortés, ilustrativas del honor caballeresco.
Este estilo , risible hoy, llamado a veces prerrafaelista, que se oponía al clasicismo que Rafael encarnó, tubo en el pintor alemán Mortiz von Schwind (1804-1871) un artista entregado a una iconografía que ilustraba sobre las virtudes del amor puro y del trabajo desinteresado en favor de causas elevadas y de la salvación del alma, como en este cuadro que muestra al legendario arquitecto de la catedral de Estrasburgo llevado por los aires por el Arcángel Gabriel, para que pueda observar desde lo alto su obra magna la flecha de cuya torre quería alcanzar el cielo.

Agradezco al arquitecto, artista y profesor David Mesa, investigador en Múnich donde se halla este cuadro, la referencia a la obra, el artista y el arquitecto.
Los arquitectos también ascienden.

viernes, 26 de agosto de 2022

WINOLD REISS (1886-1953): INTERIORES Y RETRATOS















 

















Sea o no enteramente cierto que el arte y la arquitectura norteamericanos deben mucho a los artistas de vanguardia  europeos exiliados tras el ascenso del nazismo y durante la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que antes de la Primera Guerra Mundial un artista alemán, formado en el modernismo vienés, Widold Reiss, emigró a los Estados Unidos, primeramente a reservas de indios que le fascinaban, y luego a Nueva York, donde destacó tanto como retratista, sobre todo de afroamericanos de Harlem (un tema insólito), como en la decoración de interiores, a través de murales y de proyectos de espacios domésticos y de comercios -su trabajo como diseñador gráfico y como ilustrador también sobresale-, aportando el modernismo centroeuropeo, pronto evolucionado hacia un Art Deco cubista, que marcaría decisivamente la historia del interiorismo ( y de la retratistica) norteamericanos, si bien cayó en el olvido tras la Segunda Guerra Mundial, perdiéndose mucha obra: la mayoría de los interiores fueron derribados.
Hoy, Nueva York le dedica la primera exposición antológica de la historia, con lo poco que ha quedado