El Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York presenta una pequeña y emocionante exposición, sobriamente montada, solo con obras de su colección -perfectamente dispuestas y colgadas-, dedicada, en parte, al libro de artista, de gran tamaño, del poeta francés Eugène Guillevic, con litografías del también artista francés Jean Dubuffet, titulado Les murs (los muros).
Las imágenes se centran en las marcas en los muros de la ciudad. Sucios, ensuciados ("pisseux", en francés -literalmente, meados, aunque el adjetivo califica algo viejo, dejado, ligeramente repulsivo-,rasgados, rayados. Dubuffet ataca las paredes que encierran (entre cuatro paredes), y exalta trazos y grabados que hieren y personalizan los muros. Éstos cobran vida: se manifiesta a través de los estragos del tiempo y del hombre. Las litografías son imágenes de aquéllos, pero también son un reflejo, o una proyección de los mismos, muros que suscitan versos, de los que emana la extraña, insólita poesía del París gangrenado por la Segunda Guerra Mundial -aún viva en el recuerdo y en la piel de la ciudad- y, sin embargo, lleno de vida, la vida que los muros pregonan.
Una maravillosa exposición.
Se expusieron en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 2008
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