domingo, 1 de febrero de 2015

LOUIS ALOYS RISSE (1850-1925): GRAND CONCOURSE (1902-1909, BRONX, NUEVA YORK)












































Fotos: Tocho, Nueva York, enero-febrero 2015

Comparable con los Campos Elíseos de París, o Avenida Dos de Mayo de Buenos Aires, el bulevar Gran Concourse -la Gran Esplanada-, en el barrio del Bronx, de Nueva York, sea quizá la avenida más hermosa de esta ciudad, al menos como Park Avenue.
Planificada en 1870 por el ingeniero alsaciano Louis Aloys Risse, y trazada entre 1902 y 1909, el Gran Concourse, de unos cincuenta y cinco metros de ancho, con dos vías separadas por una franja arbolada,  zigzagueaba, como una poderosa doble muralla,  a través del Bronx durante casi nueve quilómetros. Situada encima de una carena, las calles transversales -planificadas junto a la arteria principal- descienden hacia el interior del Bronx.
Pronto el Gran Concourse se convirtió en uno de los barrios residenciales más reputados de Nueva York. Arquitectos racionalistas judíos construyeron sobrios bloques de apartamentos art deco, de ladrillo, semejantes a obras racionalistas holandesas, en los años treinta. Todos los edificios, hasta los años sesenta, seguían estrictas normas volumétricas. Se trataba de un paseo residencial, con escasos comercios y monumentos -cerca se levantaba la casa de Edgar Allan Poe.
Decayó en los años sesenta. La población adinerada emigró hacia los suburbios. Los pisos fueron ocupados por emigrantes sudamericanos, y habitantes de Manhattan expulsados de la isla por el aumento de los alquileres, o reubicados por el ayuntamiento de Nueva York para liberar pisos en el centro de Manhattan que multiplicaron también su precio. Bloques enteros se vaciaron. El Gran Concourse cayó en el olvido o entró en los registros de los barrios más peligrosos.
Desde el año dos mil, sin embargo, el barrio se está rehabilitando y regenerando, sin desalojar a los habitantes. Innumerables pisos se alquilan a precios aun asequibles. El mobiliario y los parques han sido restaurados -sin caer en la evocación nostálgica. Y no ha sufrido la devastación por la intrusión de edificios que destrozan el tejido urbano y social. La inserción del hermoso Museo del Bronx, obra de Arquitectónica, en los años noventa, ha convertido el Gran Concourse en un centro de interés para el arte contemporáneo.

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