sábado, 1 de abril de 2017

Ofensa


""Couvrez ce sein, que je ne saurais voir.
Par de pareils objets les âmes sont blessées,
Et cela fait venir de coupables pensées."

(Molière: Le Tartuffe, III, 2, vv. 860-862)

"Cubrid ese seno que no debería ver.
Por objetos semejantes las almas son heridas
Y eso hace venir pensamientos culpables"

El Parlamento de Canarias cavila cubrir dos grandes óleos románticos sobre la conquista de la isla. Las imágenes hieren la sensibilidad actual.
Cubrir imágenes no es nuevo, como tampoco destruirlas. Por Semana Santa, las estatuas y los cuadros de santos en las iglesias y conventos deben o debían cubrirse con un paño morado porque se trataba de un tiempo enlutado, dado a la introspección y el golpearse el pecho en acto de contrición, y no el de la alegría visual, quizá sensual, ante una santa o un santo.
El juicio estético evalúa no tanto las ideas o conceptos expresados, sino la manera de expresarlos. Ya Aristóteles había observado que el arte tenía la maravillosa o sorprendente "virtud" de transfigurar escenas insoportables de contemplar en la realidad -como los estertores de un guerrero agonizante- en una "sublime" imagen que evocaba la dignidad humana ante la muerte, la resistencia, la hermosura de un cuerpo aun vivo ante el decaimiento.
 Si aplicamos criterios morales para juzgar no acciones sino imágenes podemos encontrarnos con sorpresas: un francés puede ordenar la cubrición -la retirada, la destrucción- de los cuadros de Goya alusivos a las hechos de Mayo en Madrid; un protestante ordenaría -lo la hecho durante siglos- la eliminación de la mayoría de las pinturas religiosas (que exaltan, por ejemplo la Ascensión de María); las imágenes de María dando el pecho al niño pueden ser consideradas una ofensa; los cuadros barrocos holandeses de rumiantes no pasarían según criterios animalistas; un español atacaría el costumbrismo trasnochado de muchas pinturas de Manet; los retratos femeninos casi caricaturescos de Picasso pueden ser una ofensa para ciertas sensibilidades atentas a nociones de género; la mayoría de los bodegones deberían ser proscritos pues incluyen a menudo objetos o animales fruto de conquistas coloniales (esos loros en bodegones flamencos); todos los retratos de deficientes físicos y mentales de Velázquez, deberían ser escondidos; y, así, poco a poco, implacablemente, iríamos cubriendo, una a una, todas las imágenes que no respondieran a nuestros criterios morales, hasta que un gigantesco telón negro enlutase el mundo antes de apagar la luz. Si el arte no nos abre la vista y la mente, nos nos remueve, acabaremos quietos, sin preocupaciones, sin molestias ni curiosidades, envueltos en imágenes que solo nos devolverían la imagen de nuestros prejuicios, las estrecheces de nuestra visión del mundo, muy pequeño, sin nada: como muertos. Muertos en vida, y satisfechos.

Eso si, aplicando criterios estéticos, los cuadros de Canarias son mediocres;  ...aplicando nuestros criterios, hoy. Mas, ¿acaso los hombres del mañana deberían compartir nuestra visión?

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