"Una distinción: el ritmo no es el rhutmos (palabra griega que se traduce, más que por ritmo, por cadencia). El rhutmos debe protegerse. Es un ritmo ágil, disponible, móvil; una forma pasajera, que aún es una forma. En la música, el ritmo metronómico se opone al rhutmos, que se puede definir como el "swing". El ritmo no es cualitativamente musical. Rhutmos: es el ritmo que admite un más y un menos, una imperfección, un suplemento, una falta, un sujeto creador: es lo que no cabe en una estructura, o que solo entraría forzado. El rhutmos o swing es un ritmo con una ligera precipitación." (R. Barthes: Cómo vivir juntos)
Quizá podríamos decir que la arquitectura griega tiene swing (cada columna, con una modulación variable pero apenas perceptible, vibre de un modo propio y único), la romana, ritmo (la columna, seriada, indiferente al lugar que ocupa en el edificio que ciñe); una oposición semejante quizá se habría dado entre la arquitectura mesopotámica y la egipcia; o entre el racionalismo y el estilo internacional; entre la piedra y el hormigón.
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