jueves, 18 de abril de 2019

VERMONDO RESTA (1555-1625): ENTRE TROYA Y SEVILLA










Fotos: Tocho, abril de 2019


Metamorfosear una alta muralla defensiva árabe en un paseo cubierto por entre figuras de ensueño (un paseo entre grutescos manieristas) -un gesto ética y estéticamente significativo-, difuminar los límites entre la cultura y la naturaleza -entre los sillares tallados para la construcción, y las rocas arrancadas de una cantera, entre los muros de una fortaleza y las paredes rocosas de un acantilado, entre fustes y capiteles perfectamente tallados, e hitos levantados superponiendo riscos-, evocar la arquitectura originaria de la mítica Troya, de la que Roma fue la digna sucesora, tal fue la obra de uno de los mejores arquitectos manieristas italianos, instalados en Sevilla, en sus trabajos de dignificación de los Reales Alcázares de Sevilla, en su origen un recinto palaciego y militar omeya, ceñido por una muralla que se confundida con la de la ciudad, convertido en un palacio medieval cristiano tras la caída de Sevilla.
Vermondo Resta, oriundo de Milán, es hoy un arquitecto apenas citado en la historia de la arquitectura, pero su inventiva es digna de la de Julio Romano en el Palacio del Té en Mantua, sobre todo en el Alcázar sevillano, en el que supo conjugar piedras brutas, piedras talladas y naturaleza, componiendo un insólito jardín de las delicias, jugando, en el más noble y distendido sentido del verbo, con elementos naturales, clásicos y árabes. 

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