viernes, 15 de enero de 2021

HÉCTOR BERLIOZ (1803-1869): LA MUERTE DE SARDANAPALO (1830)

 

Hermosa cantanta -inconclusa, que Berlioz, además, destruyó al final de su vida, salvándose este fragmento-, basada en Sardanapalo, tragedia de George Gordon Byron (Lord Byron), escrita nueva años antes, sobre el suicidio del supuesto último rey asirio, el decadente Sardanapalo -no existió ningún rey llamado así-, acompañado por sus mujeres, esclavos y animales, lanzados todos a una pira junto con los tesoros del palacio en la ciudad de Nínive, tras una revuelta del hermano de la reina, abandonada a causa de la vida licenciosa de Sardanapalo.
 
Una de las influencias más claras y mejores de la influencia del arte asirio -de la imagen que se hacía del mundo asirio, denostado por la Biblia- en el arte europeo del siglo XIX, cuando las primeras misiones europeas en yacimientos asirios ubicados en el imperio otomano, y la rapiña que llevó decenas de miles de obras mesopotámicas -como la biblioteca del rey asirio Asurpanibal- a los grandes museos europeos que rivalizaban entre si, por su "honor", para ver quién lograba la colección más deslumbrante de arte del Próximo Oriente antiguo, aunque dicho arte era mayormente despreciado, juzgado bárbaro, indigno de compararse con el greco-latino.

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