domingo, 26 de mayo de 2013
ADEL ABIDIN (BAGDAD, 1973): ABIDIN TRAVELS (ABIDIN VIAJA, 2006) (FRAGMENTOS)
Adel Abidin "Abidin Travels" (2006) (Clip 01) from El-Sphere on Vimeo.
Adel Abidin "Abidin Travels" (2006) (Clip 02) from El-Sphere on Vimeo.
Higia, la diosa de la buena salud de la ciudad griega y latina
Varias estatuas romanas de Higia, de mármol, de tamaño variable (entre 50 y 120 cm de alto), Museo de las Civilizaciones Anatólicas, Ankara (Turquía)
Foto: Tocho, mayo de 2013
El ágora griega era el lugar dónde la ciudad (la "polis") exhibía sus valores y virtudes. Las divinidades protectoras, por un lado (Fortuna, Hestia), que simbolizaban la suerte y la vitalidad de la ciudad; las personificaciones de los dones que la ciudad exigía, como Peito, la Persuasión, imprescindible para establecer un clima de diálogo en el espacio común del ágora; y las figuraciones de los beneficios que la ciudad aportaba, como Eirene -la Paz-, o Higia -la Salud-, solían exhibirse en el centro cívico y religioso de la ciudad -el ágora-, y, en ocasiones, en el recinto exclusivamente sagrado -el acrópolis-.
Una de los valores divinizados más importantes era Higia. Se trataba de la Salud encarnada. Higia era hija, esposa o hermana de Asclepio (o Esculapio, en Roma), el dios de la medicina y de las medidas correctas para que reine la salud y la armonía: de ahí que Higia se representara dando de beber a una serpiente, la personificación de la larga vida, puesto que las serpientes mudan de piel anualmente y se diría que renacen, dejando atrás todo lo que, como la piel reseca o muerta, evocara el peso de los años. Higia era, por tanto, nieta de Apolo, el dios de la arquitectura, y de cuantas artes, como la música y la poesía, pacificaban o aquietaban el alma, lo que redundaba en el bienestar -el estar agradable, el asentamiento deseable- de los humanos y de la comunidad.
Según algún autor tardío, como Proclo, Higia era hija de Eros (la innata vitalidad que perseguía la prosecución o reproducción de la vida y el bien, de las bondades de la vida verdadera y plena, según la tardía concepción del Eros neoplatónico), y de Peitho, la diosa de la Persuasión, de la palabra convincente, gracias a la cual se suavizaban o se superaban diferencias, y se establecían pactos de buena vecindad.
Higia era tanto una diosa cuanto el atributo de una divinidad. Así, en Atenas, desde que la peste que asoló la ciudad en 420 aC se extinguiera, se rendía culto tanto a Higia -una de las doce divinidades asentada en el gran altar de los doce dioses en el ágora- cuanto a Atenea Higieia (dos divinidades que acabaron asociadas aunque nunca confundidas). La diosa protectora de la ciudad de Atenas velaba, obviamente, por el equilibrio físico y moral de los ciudadanos; la locura, que la barbarie trae y simboliza, quedaba anulada gracias a la pacificadora acción de Higia.
Un himno órfico cantaba a Higia como la "diosa madre de todos". Ningún hogar, se decía, podía prosperar sin su presencia. Es muy posible que, por esta razón, en Roma, Higia se asociara a Bona Dea, la diosa de los espacios domésticos, que cuidaba, sin salir nunca al exterior, de la paz de cada hogar, y presidiera el altar del templo de Concordia -otra personificación de las virtudes que el diálogo y el acuerdo comunitario traía.
De la salud física y mental, Higia acabó por ser adorada como la divinidad que protegía, como una sólida muralla, de cuantos peligros la vida en la tierra, fuera del próspero ámbito civil de la ciudad, acarreaba. De algún modo, Higia encarnaba los valores urbanos allí dónde se hallara o se la invocara.
sábado, 25 de mayo de 2013
Elsa Brehin, Raphaël Calamote, Mauro Carraro, Maxime Cazaux, Emilien Davaud, Laurent Monneron & Axel Tillement: Muzorama (2008)
Muzorama from Muzorama Team on Vimeo.
Un homenaje al mundo del dibujante francés Jean-Philippe Masson (llamado Muzo)
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Animación y arquitectura,
Modern Art
HOTEL EN NASIRIYAH (IRAQ), MAYO DE 2013
Fotos: 1: Internet (Google Images)
2-8: Pedro Azara, Marcel Borràs, Albert Imperial & Marc Marín (noviembre 2011)
Nasiriyah es una ciudad de tamaño medio (80000 habitantes) situada a la orilla del Éufrates, en el sur de Iraq, no lejos de los yacimientos de Ur, Uruk y Eridu, y a unos cien quilómetros del límite de las marismas del delta del Tigris y el Éufrates.
Está considerada como una ciudad tranquila, que escapó a los bombardeos de la coalición occidental que han desfigurado a la vecina ciudad portuaria de Basora, otrora, un vergel -por lo que se cuenta-, en un caótico escenario de hierros retorcidos, y de edificios rehabilitados apresuradamente, sin orden ni concierto, y con materiales de tercera.
El paseo fluvial de Nasiriyah es conocido en Iraq. Amplias terrazas ajardinadas cabe al río son un espacio seguro y acogedor, donde se puede fumar "arguiles" o pipas de agua y tomar bebidas no alcohólicas, de noche, hasta las diez, por el que se aventuran algunos jóvenes. Su zoco es uno de los más preservados y más dinámicos de Iraq.
Cuenta con un hotel de primera, el hotel al-Janoob, construido hace unos tres años (pese a que la decoración interior, con muebles de estilo "valenciano", sugiere lo contrario), ocupado regularmente por ingenieros y financieros del sector petrolero. Tenía un restaurante excelente.
Estaba considerado uno de los hoteles más seguros de Iraq.
Hace unos pocos meses un coche bomba explotó ante la fachada matando a dos ocupantes.
Nasiriyah vuelve a ser una ciudad inhóspita para el (demasiado) ocasional visitante.
CONCHA TEJEDOR: "MESOPOTAMIA YACE EN EL SUR DE IRAK BAJO LAS BOMBAS SUCIAS" (AGENCIA EFE, MAYO DE 2013)
Nasiriya
Foto: Pedro Azara, Marcel Borràs, Albert imperial, Marc Marín
Mesopotamia yace
en el Sur de Irak bajo
las bombas sucias
EFE - 24/05/2013
Concha Tejedor.
Madrid, 25 may (EFE).-
La antigua Mesopotamia, en el sur de Irak, donde hace mas de cinco mil años comenzaron la civilización y la cultura moderna con la primera ciudad y la primera escritura, yace bajo la enorme contaminación de las bombas sucias de las últimas guerras.
"Los restos mesopotámicos están condenados a desaparecer" explica en una entrevista con Efe Pedro Azara, arquitecto y comisario de la exposición "Antes de Diluvio. Mesopotamia 3.500-2.100 a.C.", la primera que se dedica a este espacio cultural en este período, que es hoy motivo de preocupación para los investigadores.
La gran cantidad de asistentes a la exposición y al ciclo de conferencias, organizados por la Obra Social La Caixa en Barcelona y Madrid, es una prueba de que el misterio de la antigua Mesopotamia, en las marismas del delta de los ríos Tigris y Éufrates, hoy convertidas en desierto por el desplazamiento de la costa, sigue vivo desde que fue descubierta a finales del siglo XIX.
Pedro Azara señala las guerras, la falta de cuidado, el expolio y las excavaciones legales e ilegales entre los factores que han acabado con lo poco que quedaba de unas ciudades construidas con adobe.
"El barro no cocido -dice- retorna al barro, se disgrega una vez que las construcciones son desenterradas o estas son sepultadas nuevamente por las tormentas de arena, que el traqueteo de los tanques ha aumentado al remover la tierra".
"Las bombas de uranio empobrecido -dice Pedro Azara- fueron utilizadas por Sadam Husein en la guerra Irán-Irak en las zonas en las qu
e había opositores y por la coalición encabezada por los norteamericanos en 2003. No dañan directamente los restos, pero las misiones arqueológicas se lo piensan dos veces antes de trasladarse a una de las zonas más contaminadas del mundo".
Estas bombas, lanzadas a las marismas, desprenden radiactividad, que dura decenas de miles de años. "Emponzoñan las aguas y la pesca -continúa Azara-, la agricultura y los animales resultan afectados. El noventa por ciento de los habitantes de Nasiriya, la ciudad más cercana a los yacimientos, tiene problemas de salud, y la zona registra la mayor tasa de cáncer del mundo".
Pedro Azara, profesor de Estética en la Escuela Superior de Arquitectura de Cataluña, visitó a finales de 2011, en el primer viaje autorizado a un equipo investigador extranjero desde la guerra de 1980, los cinco yacimientos más importantes de la antigua Mesopotamia, el Museo de Bagdad y el de Nasiriya, con una beca de la fundación alemana Gerda Henkel.
Le acompañaron desde España los también arquitectos Albert Imperial y Marc Marín y el autor dramático, actor y cineasta Marcel Borrás.
Las imágenes, siete horas de película de los dos museos y de los yacimientos de las ciudades de Uruk, Ur, Tello, Eridu y Kis, le servirán al director de cine ruso Alekxandr Sokúrov, que obtuvo el éxito con "El arca rusa", en 2002, para un documental que se presentará en Bruselas en septiembre con motivo del X aniversario del saqueo del Museo de Bagdad en 2003.
"El saqueo lo fue a un museo que ya estaba vacío -confirma Pedro Azara-. Las obras maestras de las colecciones habían sido guardadas en reservas por los conservadores o por iraquíes que las devolvieron pasado el peligro".
Entre las 15.000 piezas desaparecidas, precisa, había pocas obras relevantes: 7.000 se han recuperado y hay 8.000 buscadas por Interpol, hallazgos recientes en principio poco importantes, aunque muchos no estaban todavía documentados.
Sabemos muy poco de estos pueblos sumerios y acadios, mucho menos que de Egipto o de Grecia, ya que las excavaciones comenzaron mucho después.
¿Qué queda? El equipo español viajó con fotografías, planos y los archivos de las misiones arqueológicas de hace un siglo, consultados en los museos norteamericanos y británicos.
No queda mucho de Uruk, la primera ciudad de la historia, construida, según la Epopeya de Gilgamesh, por orden de este legendario rey, en donde surgió el desarrollo urbanístico, el derecho, la primera escritura (sumeria) y se ha encontrado el primer texto mítico sobre el Diluvio (2.650 a.C.), luego trasladado a la Biblia.
Ur, donde algunos sostienen que nació Abraham, una gran ciudad que llegó a tener 200.000 habitantes, es la mejor conservada. Su zigurat se eleva 21 metros en la llanura desértica, con el templo en la cima. Fue restaurado en 1960 con técnicas y materiales como los utilizados por los sumerios, lo que no ha sido la norma. Y conserva en buen estado las únicas tumbas del sur de Mesopotamia.
En el zigurat de Kis los soldados norteamericanos abrieron un foso profundo para protegerse y ha quedado dañado para siempre.
Tello, el primer yacimiento sumerio excavado hacia 1880 por una misión francesa, es hoy un conjunto de ruinas irrecuperables, fue mal documentado y no trazaron un plano preciso.
La única solución para preservar estas construcciones sería proteger los restos. "Se ha hecho colocando una capa de ladrillo cocido en el zigurat de Ur y en algunos otros edificios. Pero la solución pasaría por invertir grandes cantidades de dinero en unas técnicas que no son todavía seguras", concluye Pedro Azara. EFE
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