Agradecimientos al arquitecto y profesor de arquitectura David Mesa, doctorando en la Cátedra de Historia de la Arquitectura de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Karlsruhe (Alemania) y la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, el habernos descubierto este artista y esta obra, así como el envío de fotografías
El ziggurat: una poderosa escalera al cielo maciza, con siete niveles que evocan los siete estratos del cielo, una montaña artificial en cuya cumbre quizá se ubicara un templo en el que se rememoraba la unión del cielo y la tierra, al tiempo que ofrecía la seguridad que si el mítico diluvio volvía a producirse, como en el primer diluvio, según cuentan los mitos, los humanos volverían a hallar un lugar donde ponerse a salvo y refugiarse a la espera de inevitable descenso de las aguas, cuando la cólera divina hubiera amainado.
Un Zigurat, un asidero, un eje vertical que garantiza el contacto con lo alto, a los pies del cual se ubican templos, palacios y viviendas. Tumbas, también; primeras y últimas miradas, sintiéndose a salvo, bajo la protección del Zigurat.
El zigurat, la obra arquitectónica paradigmática de la cultura mesopotámica , desde finales del tercer milenio. No cabía urbe alguna sin esta consoladora presencia.
La cera es blanda. Se deshace. El calor la diluye. Las formas se pierden. Pero la cera es inmortal . Y conserva para siempre lo que baña. Se licúa y se endurece. Su color remite al sol que la convierte en un mar áureo. Su tacto evoca el aceite denso, dorado como el sol, la cera y la arcilla.
El artista alemán Wolfgang Laib lleva años construyendo, dibujando moradas básicas, torres y zigurats con cera, un material que humaniza la altiva presencia de la adusta construcción mesopotámica, al tiempo que permite que el sol descienda a la tierra sin dañarla.
Una exposición monográfica en el museo de arte de Stuttgart (Alemania), presenta la Ciudad del silencio -el silencia de las ciudades agostadas, en sordina bajo el zumbido de las abejas-, evoca la fragilidad, la humanidad de lo que quiso ser una manifestación de la soberbia humana, humana, necesaria, frágil y patética, del empeño, el empecinamiento y constancia hasta levantar la Torre de Babel, un Zigurat que un rayo barrio, hasta su nuevo levantamiento.
https://www.kunstmuseum-stuttgart.de/en/ausstellungen/wolfgang-laib
https://ropac.net/online-exhibitions/90-wolfgang-laib-city-of-silence/