domingo, 1 de diciembre de 2013
MIKE KELLEY (1954-2012): KANDOR (LA CIUDAD DE KANDOR) (1999-2011)
El lejano planeta de Kriptónita había quedado devastado. La misma capital, Kandor, había sido reducida, literalmente, a una maqueta, encerrada, como un barco de juguete, en una botella. Los reyes sabían que el planeta y su civilización estaban perdidos. Antes de desaparecer, depositaron a su hijo en una nave para que, como en un moisés, lo llevara hacia tierras lejanas donde, acogido o preso, pudiera vivir, no sin antes entregarle una copia, realizada a escondidas, de la ciudad, su ciudad natal, embotellada.
Apenas el niño Superman hubo sido confiado al vacío, Kriptonita estalló. Solo quedó la diminuta Kandor, que Superman guardaría toda su vida en su Fortaleza de la Soledad en la que deposito lo más valioso, vital, que le fue entregado. Pues lo que le mantuvo en vida, y preservó sus recuerdos fue, precisamente, la imagen encapsulada de su ciudad natal (en la que sus semejantes vivían una vida aletargada, disminuida, pero vida al fin, a la espera de ser despertada plenamente, como la Bella Durmiente del cuento). La mantuvo en vida, conectada, como un pulmón artificial a toda clase de cables y máquinas, pero ésta, reanimada, mantuvo esperanzado a Superman, lo mantuvo en vida. No era una sombra, porque pudo preservar una imagen de dónde venía: la ciudad-madre (la metrópoli). Una ciudad que sus recuerdos tenían con todos los colores del arco iris.
La sala de exposiciones de arte contemporáneo PS1 del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York acoge, hasta febrero del 2014, una exposición antológica del artista californiano Mike Kelley (que se suicidó recientemente). Durante los últimos diez años de su vida, fue recreando la ciudad perdida de Kandor por medio de maquetas coloradas de una ciudad soñada, siempre distinta, protegida -y exhibida- bajo grandes campanas de cristal: la ciudad de la infancia, una ciudad que acoge a los visitantes de la muestra, proyectándolos hacia el lugar de dónde vienen.
Nunca se ha creado una imagen tan poderoso de la ciudad, no como un espacio caótico y mortuorio, sino vital, semejante a la ciudad griega, construida alrededor de un vacío, el ágora, al que todos pueden dotar de sentido, y que alberga la memoria de todos los ciudadanos, que les pertenece a todos y en los que todos pueden sentirse miembros de una comunidad viva, que la próxima muestra Mediterráneo. del mito a la razón, que Caixaforum inaugura en un par de meses en Barcelona, presenta.
De nuevo, el mito, la fábula y el cuento son los medios que cuentan la verdad (sobre lo que somos).
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El mundo del cómic ha dado innumerables ejemplos de ciudades reales e inventadas, de urbes posibles y de otras completamente lo contrario, historias en las que el drama es el lugar en el que transcurren.
ResponderEliminarNo sé si conoce las “Ciudades oscuras” de los belgas Shuiten y Benoit, una magnífica muestra de pensamiento borgiano en tebeo con el precedente también de Italo Calvino.
http://www.tebeosfera.com/obras/series/ciudades_oscuras_las.html
Saludos.
Muchas gracias por esta información que no conocía.
EliminarEl cómic, en efecto, es una fuente de ciudades imaginarias. Desconocía que hubieran servido, pese a la existencia del Por Art, de inspiración para artes calificadas de "mayores".
Para mí, es la mejor obra de Kelley, por no decir, su gran obra (aprecio menos el resto de sus trabajos).
Del todo de acuerdo con ambos comentarios. Las ciudades imaginarias de los cómic nutren la imaginación de otras artes, el cine es el más claro ejemplo, pero incluso de la misma arquitectura. Los tebeos de género fantástico o de ciencia ficción son una fuente muy rica y fascinante: Alex Raymond, Philippe Druillet, Moebius…
ResponderEliminarEn cuanto a la obra de Kelly apenas la conocía, y con motivo de este post me he interesado por ella. Opino lo mismo, es su mejor obra con mucha diferencia, su gran obra. Sus trabajos basados en el “outsider art” son de escaso interés, son redundantes y pleonasmos artísticos, ya que las obras outsider ya son ellas mismas reelaboraciones individuales y muy particulares de la realidad. En cambio, estas recreaciones de la ciudad de Kandor con sus cápsulas, Kelly las obtuvo a partir de una mirada Pop conceptual, porque no se quedó sólo con la ironía plástica de algún icono masificado, como otros artistas neo-pop, sino que les aportó un inquietante entramado de misterio y poesía. Son máquinas del tiempo detenido, visiones futuristas que se dan la mano con la imaginería religiosa de vírgenes y santos protegidos en su campana de cristal, como estrafalarios altares decimonónicos o artefactos de parque de atracciones, objetos inciertos de un futuro dudoso. Como bolas de cristal para adivinarlo. Dan ganas de voltearlas para ver si nieva sobre la ciudad.
Una suerte haberlas podido disfrutar.
Cordiales saludos.
De pronto la obra de Kelley ¡adquiere un matiz en el que no sé si se había caído!: la relación con las bolas de nieve, perversos juguetes kitsch, fascinantes y vergonzantes.
EliminarMuchas gracias por ese iluminador comentario.
Es cierto que las campanas también recuerdan las que cubre relicarios, santos y flores marchitas, enseres fuera del tiempo, más cercanos a la magia que el arte y, por tanto turbadores....
Me olvidé decir que su texto está del todo a la altura de esta obra de Kelly. Unos comentarios clarificadores y en sintonía con la poética de la obra. Un comentario muy bueno.
ResponderEliminarYo también es de lo mejor que he visto en el plano de las artes "mayores" en relación a la ciudad, juntamente con algunas obras de cómic como las que "El Peletero" menciona, arte mayor a todos los efectos. A mí me ha fascinado tanto como a usted. Estoy seguro que Frank Kelly estaría contento. Tal vez sobreviva en alguna de las moradas que creó, agazapado a la espera de renacer plenamente con el beso de un Príncipe.
Saludos.
Seguro que, dada su fascinación por el verdadero cuento tradicional, cruel como los que recogieron los hermanos Grimm, Kelley estaría encantado de su comentario.
ResponderEliminarY muchísimas gracias por su juicio. Me lo pasé muy bien recordando e imaginando esas piezas.
Un saludo
Sorry, Mike Kelley, un lapsus lingüe y despiste, me ha hecho nombrarle erróneamente como Frank Kelly, nombre famoso que comparten un actor irlandés, un matemático de Cambridge y un futbolista australiano, amén de cientos de ciudadanos de a pie, imagino. Espero que desde Kandor me disculpe.
ResponderEliminarLapsus útil. He sabido así de un actor irlandés; los nombres del matemático y del futbolista australiano me llaman menos la atención....
ResponderEliminarNo hay que confundir Frank Kelly con Frank Kelley.
ResponderEliminarLa web es apabullante. Hay un Frank Kelley general norteamericano y otro tenor, cantante de ópera.
Belart menciona la metáfora de las bolas de cristal, los “rosebud”, que al girarlas ves nevar. Es la misma idea de las maquetas que hablábamos un día, el mundo en la palma de la mano jugando a ser Dios. Las casas, los edificios, en el fondo son eso, bolas de cristal que incluso han dado lugar a una enfermedad mental, la agarofobia que seguro no padecían los nómadas.
Pero siguiendo con la relación entre cómics y arquitectura permítame adjuntarle algún enlace:
http://arquicomics.tumblr.com/
http://arqurbcomic.blogspot.com.es/
Por cierto, Rosebud es el nombre de una famosa reserva india en Dakota del Sur. También es el nombre de una agencia de publicidad y de muchas cosas más, pero en realidad, creo, significa en castellano, capullo de rosa.
De los hilos de la rosa podríamos tirar, pero lo dejaremos para otro día, ¿no le parece?
Saludos cordiales
En efecto, y no lo había pensado, una maqueta es como una bola de nieve. Tiene algo de juguete y, al mismo tiempo, de inalcanzable o ideal. Un objeto, un espacio distinta, que cabe en la mano, pero no se puede realmente coger -salvo que la bola se rompa y la magia se disipe. Es como un fragmento de un mundo distinto al alcance de la mano, pero siempre inasible en el último momento. Quizá por eso sea tan fascinante.
EliminarMuchas gracias por los enlaces a las webs y el blogs sobre cómic y arquitectura