ANTONI MARTÍ GICH (1947): HIC DIGITUR DEI (1976)

Roser Fradera llamó por teléfono. Sabía que a varios estudiantes nos gustaba el cine en Super 8mm. Habíamos participado incluso en algún corto.
Pero se trataba ahora de palabras mayores. Se requerían extras para una película-película sobre la reciente muerte de Franco. Un largo. Como en la realidad.
Estábamos en 1976. Unos amigos de la Universidad, todos al inicio de la carrera, decidimos apuntarnos.
 El recuerdo es vago. Rodamos una larga escena en la que desfilábamos, haciendo cosas insólitas e improvisadas, vestidos  o en paños menores, a cara limpia o con una máscara, ante el féretro en el que el actor que interpretaba al Generalísimo tenía  dificultades en mantenerse despierto.
Otra imagen vaga: una escena, rodada fuera de Barcelona (creo que por la Sierra de Collcerola, cerca de Sant Cugat del Vallés), en la que no recuerdo bien si hicimos de Guardia Mora llevando algo así como un paso de Semana Santa sobre el cual  el Generalísimo, sentado, pintaba un paisaje apoyado en un caballete, o de ángeles furibundos con túnica blanca blandiendo espadas flamígeras, que atacaban a la Guardia Mora la cual, subiéndose la túnica hasta la chilaba hasta la cintura, ponía los pies en polvorosa y tomaban las de Villadiego cruzando el prado, dejando caer, literalmente, al Caudillo. Ya no levantaría cabeza.
Y luego, nada.
La película se olvidó.
Hace un año, el Centro de Arte Santa Mónica, de Barcelona, organizó una exposición antológica dedicada a la obra del escritor Quim Monzó.
Entre las variadas obras se hallaba un fragmento de una película ignota cuyo guión había redactado junto a Roser Fradera: Hic Digitur Dei, de Antoni Martí. De pronto, reconocí el fragmento. Nos reconocí a todos los amigos, como Arcadio de Bobes (hoy Profesor de Instalaciones en la ETSAV), Roser Fradera, vestida de años veinte, y Oriol Mayolas.

El rodaje de la película había concluido treinta y cinco años antes. Aquélla estaba completa.
Con gran sorpresa, descubrí que participaron nombres hoy muy conocidos como la actriz Rosa Novell, la novelista y periodista Maruja Torres, o el actor Alfred Luchetti. Recordaba, un tanto confusamente, que un actor conocido había interpretado al Marqués de Villaverde: Xabier Elorriaga.

Supe entonces que habíamos rodado en un palacete de los condes de Sert, en la Avenida del Tibidabo.

La película resultante es tan delirante como lo que la memoria revive.
Hoy es, al parecer, una obra de culto. Próximamente se proyectará en la Universidad de la Sorbona de París. Y se realizan estudios sesudos sobre el concepto de lo "pre-almodovariano".
Lo que hacíamos para evitar muchas de las pesadísimas clases en la Escuela de Arquitectura, dedicadas a adorar al Gatcpac y a Le Corbusier.

El jueves 19 de diciembre, a las 18.30, Hic Digitur Dei se proyectará en la Filmoteca de Cataluña, con la participación de varios de los actores más relevantes.
Y asi, Lucecita, la gran heroina de la radio novela que arrasaba en la segunda mitad de los setenta, volverá a buscar trabajo de sirvienta con cofia y falda corta en el palacio de los Marqueses de Villaverde, con gran regocijo del Marqués, y la desesperación del prudente prometido de Lucecita, mientras se preparan ya los funerales del suegro del Marqués, el Generalísmo Francisco Franco, así como las maletas, cargadas como el baúl de la Piquer, en la que no caben más billetes verdes, con las que los Marqueses y seguidores con bigotito enbetunado se aprestan a despedirse a la francesa.

No se la pierdan.
No saldrán indemnes.
Hoy, no pasaría. Sería tildada de antipatriótica.
Amén.

Vean las webs siguientes:

http://worldscinema.org/2012/11/antoni-marti-i-gich-hic-digitur-dei-1976-1977/

http://www.imdb.com/title/tt2471072/