lunes, 15 de diciembre de 2014

SUPERSTUDIO (1966-1978) SUPERADO (O CÓMO LA REALIDAD SUPERA LA PESADILLA)



























Superstudio fue un colectivo de teóricos de la arquitectura italianos, fundado en Florencia, por Adolfo Natalini y Cristiano Toraldo, entre los años sesenta y setenta.
Sus proyectos, mostrados a través de perspectivas y fotomontajes. consistían en desmesuradas estructuras tubulares de sección cuadrada, cubiertas por retículas también cuadradas, que se extendían por encima de ciudades, valles, montañas y mares. Nada las detenía ni tenían fin. En todos los sentidos de la palabra: no cumplían ninguna finalidad. Se trataba de formas gratuitas, inhabitables, sin salida, que cubrían todo lo que se les ponía por delante. Los perfiles, las mallas eran perfectas, las superficies completamente lisas, espejeadas, como prismas de luz o de vidrio.
No se trataba de proyectos utópicos, a la espera de que pudieran ser construidos en el futuro. por el contrario, Ofrecían una visión sarcástica de la arquitectura moderna y su confianza en la tecnología. Las estructuras de Superstudio llevaban hasta las últimas consecuencias el urbanismo tentacular, la urbanización desmedida y sin control del territorio, y el recurso fácil a los paramentos de cristal como signo de vacua modernidad. Los proyectos de Superstudiio eran un reflejo deformante de la realidad. La entrega de la ciudad al turismo voraz invitaba a inundar la ciudad de Florencia y a convertir la cúpula de la catedral en una isla, a fin que los turistas pudieran recorrer la ciudad acuática en submarismo, algo que, sin duda, multiplicaría los millones de turistas que ya asolaban -y asolan- el centro histórico de Florencia. La inundación metafóricamente se convertía en real.

Frente a este mundo de pesadilla, vendido con colores pop y escenas de postal, Superstudio propugnaba que se podía vivir de espaldas a estos monstruos, sin destruirlos, sino desdeñándolos, dejando en evidencia su grotesca fatuidad, su condición de monumento ridículo: una vida austera y libre, carente de bienes, fuera, bajo o sobre las estructuras, como si no existieran o no tuvieran presencia.






Mas la realidad no es sino una caricatura hecha realidad. La absurdidad y vacuidad que Superstudio exponían se ha encarnado. Así, Moon Resorts Inc -todo un nombre- pretende levantar, en medio del paisaje desolado, barrido por el polvo de una fabrica de cemento, convertido en un entorno lunar, un gigantesco parque temático lunar, en Montcada i Reixac, cerca de Barcelona, que no se sabe si es de mal gusto -dada la historia del maltrecho entorno- o hilarante, con hoteles de cuatro mil suites y la habitual cascada de restaurantes, casinos, tragaperras, áreas de juego, centros de convenciones, centros comerciales, prometiendo la llegada de millones de turistas y un maná inextinguible de bienes materiales.

Si solamente se limitaran a convertir a la Sagrada Familia en afilados riscos apenas emergiendo de las aguas....
Y, por debajo de las aguas, en las profundidades, a gusto de submarinistas, el falso barrio gótico, los puertos deportivos, el área del Fórum, el hotel Vela, el barrio 22@, el entorno de la plaza de las Glorias, el Teatro Nacional, el edificio de Catalana de Gas, los restaurantes que sirven humo, unidos y convergentes entre algas, aguas turbias y peces gordos.      


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