Capilla barroca destruida
Fotos: Tocho, agosto de 2018
Una avalancha, causada por la nieve acumulada en una plataforma, construida donde no se debiera, utilizada como aparcamiento, destruyó, en 1982, una capilla barroca en el pueblo de Sumvitg (Ticino, Suiza). Nada pudo salvarse.
El arquitecto suizo Peter,Zumthor, a petición del sacerdote del pueblo, propuso construir una nave en una pronunciada pendiente, dominando el pueblo, tras la cortina protectora de un bosque tupido. La capilla se ubica a un lado del empinado camino de tierra que el ganado sigue cuando baja de las montañas al acabar el verano. La capilla señala la entrada del pueblo.
Nave, ojo, hoja, faro, las metáforas que describen la capilla se han sucedido, acertadamente, pero el propio arquitecto asume que podría tratarse de una barca frágil -pero más resistente que la masiva construcción barroca-, a la que se accede por unos pocos escalones, cuyo interior está tan solo definido por unas nervaduras de madera, como las que se utilizan en el arte naval, semejantes a guardianes, y un delgado muro de escamas de madera. Un pequeño cuenco metálico de agua bendita cabe la entrada, una sencilla cruz sobre el altar, a un lado, una diminuta capilla portátil con una imagen ortodoxa de la Virgen y el Niño, y un alto jarrón de terracota -¿una evocación de las bodas de Caná?-, en el suelo, al pie de la capilla.
Una hermosísima capilla.
Agradecimientos al arquitecto Tiziano Schürch por la visita
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