jueves, 21 de noviembre de 2019

Arquitectura y magia: decoración arquitectónica sumeria




El congreso anual de la American School of Oriental Research (ASOR) ha empezado en San Diego (California, EEUU).

Tina L. Greenfield (Universidad de Saskatchevan -Canadá) ha presentado unos datos para mí desconocidos. El Museo Británico ha reemprendido desde hace dos años excavaciones en el yacimiento sumerio de Girsu (hoy Tello), en el sur de Iraq.

Inicialmente excavado por una misión francesa a principios del siglo XX, el yacimiento había quedado casi totalmente devastado, no por guerras o la incuria, sino por la incapacidad de los primeros arqueólogos, desconocedores aun de la arquitectura de adobe, en reconocer estructuras arquitectónicas -que no les presentaban un particular interés, oda vez que andaban en busca de obras  de arte dignas de un museo- enterradas en una materia (el barro) idéntica a la que constituía la arquitectura (adobe).

Las nuevas excavaciones, sin embargo, han logrado hallar quince conos de terracota in situ, aún insertados en los muros de un santuario dedicado al dios Ningirsu (dios tutelar de la ciudad de Girsu).

Este tipo de objetos, muy comunes, sin valor material, ya eran conocidos. Son conos hincados en los muros que contienen información sobre a quien pertenece la obra, quien la encarga y porqué. Son documentos administrativos, títulos de propiedad. Al estar cocidos, dichos documentos son casi imperecederos.

La distribución, en apariencia casual, de los conos por todo el muro, sin embargo, revela que cumplían una segunda función. Amén de ser documentos administrativos eran sin duda amuletos. Funcionales, decorativos y mágicos, su distribución sigue el dibujo de una constelación, quizá la que imperaba cuando el templo se fundó, una constelación relacionada con la divinidad a la que el templo estaba dedicado.

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