sábado, 5 de junio de 2021

Alerta urgente: Excavaciones arqueológicas ilegales

 La Dirección General de Antigüedades del Kurdistán iraquí, asentada en la ciudad de Erbil, acaba de avisar que el ejército turco está desforestando en la provincia de Duhok, no lejos de la castigada ciudad de Mosul, en el norte del Kurdistán en Iraq, y practica excavaciones arqueológicas ilegales.

El objetivo sería la persecución del partido kurdo PKK fuera de Turquia .






Fotos: divulgadas por la Dirección General de Antigüedades del Jurdistwn Iraquí, Erbil

Notificación: Dra. Mariagrazia Masetti-Rouault (EPHE, Paris, directora de la misión arqueológica de Qasr Shemanok, Erbil, Iraq) 

La puerta del diablo

Conocemos los puentes del diablo, medievales: puentes con arcos tan aventurados, sobrevolando el abismo, que no podían haber sido concluidos sin una ayuda dantesca. Mas, quizá sepamos menos de las puertas del diablo. 

Los templos paganos se orientaban al este. Como eran la casa de la divinidades, en la que los mortales no podían  entrar, solo aquéllas, representadas por su estatua de culto, situada al fondo de la cámara central, sobre un alto pedestal, mirando hacia la puerta, tenían el honor de recibir los rayos del sol.

El templo cristiano, en cambio, ya no es la morada de la divinidad, sino de la comunidad. Más precisamente, es el lugar donde se produce el encuentro entre el inmortal y los mortales. Éstos son bienvenidos. tienen acceso a la iglesia, aunque deban inclinarse, recogerse, al cruzar el umbral: la puerta de acceso es mucho más pequeña de lo que debería si se compara con la amplitud y altura de la fachada principal. El recorrido hacia el altar está guiado por la luz que entra a través de las vidrieras del ábside: la iglesia cristiana está siempre orientada hacia el oeste, de modo que la luz penetra por la parte posterior e ilumina a los fieles que avanzan por la nave central.

Mas el demonio ronda. trata de acceder al templo. Sin embargo, no puede entrar por el portal principal ni por la puerta de la fachada sur. El acceso por la fachada lo reduciría a cenizas -el diablo rehúye la luz de dios- y el sol que penetra por la fachada lateral sur no puede acompañarle: el demonio no trae la luz sino las tinieblas. Por este motivo, solo tiene acceso por la puerta norte, siempre en sombra. A sus pies, se extiende el cementerio de quienes han fallecido sin haberse confesado, en pecado, en manos del demonio. Esta puerta, común en iglesias románicas, semi-oculta, discreta, se solía ornamentar con relieves que representaban actos nefandos: desde actos impuros hasta escenas de bestialismo, que simbolizaban el mundo demoníaco, de lo que acontecía cuando uno se apartaba de la luz. La existencia de esta puerta, siempre modesta, puede sorprender, toda vez que parece invitar al diablo a penetrar en el templo, mas constituye, en verdad, una salida precipitada, lejos de la luz, de aquél, si el demonio hubiera accedido gracias a un alma funesta, de una persona -un recién nacido, por ejemplo- que, no habiendo sido aún bautizado, no hubiera tenido tiempo ni ocasión de expulsar el demonio aferrado a su alma.

Al diablo lo que es del diablo

 

viernes, 4 de junio de 2021

AJAY BOSE & PETER COMPTON: THE BEATLES AND INDIA (1968, 2021)

Después de Babilonia, cuatro años más tarde, en 1968, los Beatles volvieron a Oriente, esta vez aún más al este, a la India (algo mucho más sabido que sus juegos con los héroes babilónicos)


  

WLADIMIR CARVALHO (1935): BRASILIA SEGUNDO FELDMAN (1979)


Eugène Feldman (1921-1975) fue un diseñador gráfico, tipógrafo y editor norteamericano que documentó la construcción de la ciudad de Brasilia y las condiciones laborales de los albañiles.

jueves, 3 de junio de 2021

Reflexión ( o el arte de la queja)

No existe texto explicativo o interpretativo, histórico o teórico, sobre un artista o una obra contemporánea -y "contemporánea", es decir, encajada en el canon de ciertos museos, centro y galería de arte contemporáneos, y de ciertos críticos y teóricos- que no afirme que la obra es una reflexión (o que el artista reflexiona siendo la obra el fruto de su reflexión, o su reflexión plasmada) sobre un tema propio del mundo contemporáneo, y una crítica del mismo.

Aunque la palabra crítica significa, en verdad, delimitación, separación, desgaje para una observación atenta que, a través de los sentidos, asociados al intelectos, trate de descubrir, sin alterar o manipular lo que tiene delante (y que contempla, escucha o huele), lo que la forma o apariencia "encierra", vehicula y expone: una idea o, mejor, un concepto: un contenido que se manifiesta a través de una forma sensible, sea una imagen musical, poética o plástica, quieta o en movimiento, lo cierto es que la palabra crítica, en el lenguaje del arte contemporáneo, significa más bien denuncia: la crítica señala, expone (lo que está en consonancia con el significado original de la palabra) y apunta con el dedo, denuncia, sometiendo lo que presenta al oprobio: un procedimiento propio de la justicia eclesiástica y real pre-revolucionaria.

Obviamente, el sentido original de crítica implica tomar las distancias con lo que se estudia, tratando de observarlo desde distintas posiciones, a veces contrapuestas, para tener el mayor número de datos; según el segundo y contemporáneo significado, la crítica conlleva tomar partido, es decir desdeñar lo que no concuerda con una idea fija de antemano, un prejuicio. Ciertos rasgos son destacados en detrimento de otros, silenciados o minusvalorados. El matiz se obvia en favor de postulados o proclamas unívocos.

La "reflexión" a la que da cuerpo una obra -que se expresa mediante la obra, que "es" la obra- es una imagen. Las imágenes son poderosas.. Pueden iluminar, ofrecer una vista inesperada, un fogonazo que cambia la perspectiva, quizá la historia; desde luego, que puede cambiar la percepción o lectura de lo que se estudia -sobre lo que se reflexiona. Después de todo, una reflexión, es una imagen, un reflejo que nos vuelve, que la imagen nos devuelve, para aclararnos o ilustrarnos. Una imagen puede alentar volver sobre las cosas, y abrir perspectivas desconocidas, puntos de observación inéditos o inconcebibles. Pero una imagen puede ser una imagen fija, congelada, que pone fin a un discurrir. Una imagen quiere educar, pero, seguramente, "impresiona"; quiere formar, pero cabe preguntarse por el impacto de la formación. Lorenzo de Médicis quiso educar a su sobrino tarambana, incitándolo a la prudencia y al control de las pasiones. Confió esta tarea a Botticelli quien, aconsejado por el filósofo neoplatónico Ficino, compuso un ciclo de pinturas que mostraban a seres mitológicos educados y maleducados, aductos o entregados a los placeres, para que viera los efectos (nocivos) del abandono. Los cuadros son obras maestras del arte occidental. Mas, cabe preguntarse si Lorenzo obtuvo los efectos deseados. No parece que el destinatario aprendiera la lección que se le comunicaba, y siguió en sus trece, admirativo de la belleza de las obras, al mismo tiempo.

La "reflexión" plástica casi siempre es confusa, o inútil. Como escribía Proust, el arte "con mensaje" es una falta de gusto: es como un regalo en el que se hubiera dejado la etiqueta con el precio: un regalo miserable.

Una parte del arte contemporáneo es un arte bien-pensante, bienintencionado. Busca alentar, denunciar; es un arte de la queja. Nada le satisface. Es un arte que ha dado la espalda a la exaltación de la vida -lo que implica manifestar la complejidad de la misma, sus alegrías y sus miserias, los logros y los golpes bajos; un arte plácido o furibundo, pero vital. Que acepta la belleza y la fealdad, la entrega y la cobardía; un arte que no toma partido; seco, atento, que no busca ningún efecto, ni complacer ni ahuyentar; un arte con una gama casi infinita de grises, que no "reflexiona" sino que deja que sea el espectador, si quiere, el que reflexione, y se pregunta por lo que tiene delante; un arte que desconcierta, precisamente porque es imposible saber qué "piensa" el autor. Quizá sean o hayas sido ciertos cineastas, como Welles, Clément o Rohmer, los artistas modernos o contemporáneos que hayan logrado semejante contención, capaces de "reflejar" una sumida desolación, la aceptación de lo que discurre. 



miércoles, 2 de junio de 2021

Santo Oficio

 “De hecho nosotros con nuestras virtudes modernas somos, sin quererlo, sobremanera cómicos”  (F. Nietzsche)


Tras la aleccionadora, y moralmente elevada, "performance" ayer en un museo de Barcelona, a cargo de un grupo de artistas, para denunciar, ante obras de Picasso,  que no se destaque que Picasso se comportaba violentamente con sus esposas y amantes, o que les impidió ser reconocidas como artistas, reflejando dicha violencia física o mental en sus cuadros de mujeres llorando, como si el maltrato se ejerciera para obtener motivos artísticos, lo que conlleva necesariamente el rechazo de la obra por el juicio negativo que su comportamiento recibiría, aquella "performance" podría continuarse en otros ámbitos.

Así, por ejemplo, como Picasso, al igual que Flaubert, Baudelaire y Bataille, por ejemplo, así como teóricos como Derrida, Barthes y Foucault, fueron influenciados por las obras del marqués de Sade, dada la vida de éste, no solo el Marqués de Sade sino todos los que bebieron de él, como los autores y artistas antes mencionados, deberían ser proscritos y las cualidades de sus obras rechazadas. 

Como sabemos, las novelas de Sade cuentan tales horrores -torturas, mutilaciones y asesinatos- que son casi ilegibles, y estas escenas, aplicando los criterios morales antes mencionados que sostienen que el valor de una obra depende de la talla moral de su autor, sin duda debieron estar causadas por la vida del marqués, célebre por el número de amantes, a veces menores de edad, y el trato degradante o doloroso, inquietante o aterrador que les dada. 

Esta interesante perspectiva debería llevar también a que ensalzáramos, por ejemplo, la obra del pintor Pere Pruna, que posee un centro en Barcelona, pues sin duda, vistas sus obras tras la Guerra Civil, tuvo que ser devoto, lo que nos obliga a admirar sus creaciones.  Las cualidades estéticas de una obra, o el juicio estético que ésta mereciera, debiera estar marcado de muy cerca por el juicio que se tuviera que emitir sobre la vida privada del artista.

Y así volveremos a un arte piadoso, nada molesto, pues solo santos y píos hacen "buen" arte, que pueda contemplarse sin turbación ni avisos sobre el contenido. 

Amén






martes, 1 de junio de 2021

Arquitectura (según Nietzsche)

"El arquitecto no representa ni un estado dionisíaco ni un estado apolíneo: aquí los que demandan arte son el gran acto de voluntad, la voluntad que traslada montañas, la embriaguez de la gran voluntad. Los hombres más poderosos han inspirado siempre a los arquitectos; el arquitecto ha estado en todo momento bajo la sugestión del poder. en la arquitectónica deben adquirir visibilidad el orgullo, la victoria sobre la fuerza de gravedad, la voluntad de poder; la arquitectura es una especie de elocuencia del poder expresada en formas, elocuencia que unas veces persuade e incluso lisonjea y otras veces se limita a dictar órdenes. El más alto sentimiento de poder y de seguridad se expresa en aquello que posee gran estilo. El poder que no tiene ya necesidad de ninguna prueba; que desdeña el agradar; que difícilmente da una respuesta; que no siente testigos a su alrededor; que vive sin tener conciencia de que exista contradicción contra él; que reposa en sí, fatalista, una ley entre leyes: esto habla de sí mismo en la forma del gran estilo."

(F. Nietzsche: "Incursiones de un intempestivo", 11, El crepúsculo de los dioses


Prácticamente la única referencia de Nietzsche a la arquitectura