Un barrio convertido en un campo de juego, un laberinto que explorar. El fotógrafo norteamericano Arthur Leipzig, fallecido hoy nonagenario, retrató, durante la Segunda Guerra Mundial, y en los años de la postguerra, a niños tomando las calles grises de Brooklyn. Del mismo modo, trabajadores recorrían u observaban la ciudad desde lugares imposibles, en lo alto de estructuras de puentes, o limpiando cristales en lo alto de rascacielos. Los niños quizá fueran libres, pero todos, forzadamente o no, vieron a la ciudad con otros ojos, a la altura de los que la cámara de Leipzig incluso de adaptó, mostrándonos la ciudad desde un punto de vista que los adulto hemos olvidado y es desde el que se descubre realmente el mundo -sin tratar de conformarlo.
Un fotógrafo quizá menos conocido en Europa que merece ser recordado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario