sábado, 27 de diciembre de 2014

La ciudad asediada (paletas egipcias pre-dinásticas, hacia 3000 aC)









Foto 1: Tocho, Museo del Louvre, Lens, diciembre de 2014

La nueva disposición de la colección permanente del nuevo Museo del Louvre en Lens (Francia) incluye una paleta cosmética funeraria de esquisto correspondiente al periodo predinástico egipcio.
Al igual que otras paletas conocidas, varios registros de escenas grabadas la cubren enteramente. Aunque se halla fragmentada, se distingue bien, sobre una rueda dentada, a un toro que empitona a un hombre.
El toro era un animal emblemático en el Mediterráneo antiguo. siendo el animal bravo más grande y posiblemente más fuerte, al menos como el león y el oso, el toro ejemplificaba las virtudes del poderoso y de los todopoderosos: dioses supremos y monarcas.
En el presente caso, el toro simboliza la fuerza y determinación del faraón que abate a un enemigo.
La rueda dentada inferior representa la planta de una ciudad fortificada.
La célebre paleta de Narmer (en la ilustración inferior) muestra a un toro -el faraón- que ataca con sus astas, no a un enemigo, sino a una ciudad -también representada por la planta de la muralla que la circunda: toma la ciudad.
Podemos pensar, posiblemente, que la paleta del Louvre muestra las distintas conquistas del faraón, o, mejor dicho, muestra al faraón en tanto que conquistador. Entre sus conquistas más preciadas se hallan ciudades enemigas. La rendición de una ciudad denota la omnipotencia del monarca. Hasta que éste no entrara victorioso en una ciudad que le hubiera opuesto férrea resistencia, el monarca no podía mostrase como el garante del orden del mundo.   Una ciudad que caía era una barrera que se derrumbaba: todo un nuevo espacio, que hasta entonces se le había resistido, se podía a sus pies. El que una ciudad cediera significaba que ya nada podía interponerse ante la fuerza del faraón.

Este motivo también se encuentra en la iconografía de los relieves neo-asirios. Del mismo modo, la conquista de ciudades era una prerrogativa y una obligación del emperador romana. Una ciudad que no le abría sus puertas constituía un enclave, un mundo cerrado que denotada las limitaciones de su poder, algo así como un universos que seguía reglas ajenas a las leyes que el monarca dictaba. Constituía un peligro pues significaba que existían otras leyes, leyes tan válidas como las del monarca, leyes que ponían en evidencia las leyes de éste: así, el orden del mundo se tambaleaba porque las leyes no alcanzaban a explicar y ordenar el universo.
La ciudad, que era, un espacio, ordenado, tenía que estar a la orden del monarca. Cualquier anunciaba el fin del mismo, y del mundo.

2 comentarios:

  1. ¿El personaje de la primeraq paleta abatido por el toro lleva la corona del Bajo Egipto?

    Gracias y saludos

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  2. Buenos días

    Por desgracia, la primera paleta está fragmentada y no estoy seguro que el personaje lleve una tiara.
    Si lo hiciera, no sé si la paleta visualizara una lucha entre ambos reinos antes de la unificación de Egipto o simbolizara la unión tras la derrota de uno de los reinos como creo ocurrió durante el periodo pre-dinástico, o la llamada dinastía cero del rey Menes.
    Muchas gracias por la observscion

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