"¡Buen hombre, fuiste ciudadano en esta gran ciudad! ¿Qué te importa, si fueron cinco o tres años? Porque lo que es conforme a las leyes, es igual para todos y cada uno. ¿Por qué, pues, va a ser terrible que te destierre de la ciudad, no un tirano, ni un juez injusto, sino la naturaleza que te introdujo? Es algo así como si el director de escena que contrató a un comediante, lo despidiera del teatro. "Mas no he representado los cinco actos, sino sólo tres." " Bien has dicho. Pero en la vida los tres actos son un drama completo." Porque fija el término aquel que un día fue responsable de tu composición, y ahora lo es de tu disolución. Tú eres irresponsable en ambos casos. Vete, pues, con ánimo propicio, porque el que te libera también te es propicio".
Sería el último texto del estoico emperador Marco Aurelio.
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