Se negaba a abrir la boca y sacar la lengua para que se la cortaran. El verdugo tuvo que forzar la introducción de unas tenazas, estirar la lengua y arrancarla. El aullido del reo encogió incluso a los curtidos espectadores. Luego lo estrangularon y prendieron fuego a la hoguera.
Julio César Vanini (1585-1619) fue un filósofo y teólogo napolitano condenado a la hoguera en 1619 por el parlamento de Toulouse, en la región de Rosellón Languedoc, el sur de Francia -se trataba del palacio de justicia- (y no por la Inquisición), a causa de rumores, infundios y maledicencias que se propagaron sobre él. Se le acusaba de brujería e impiedad. Así, por ejemplo, se descubrió, en una forzada inspección doméstica, que tenía un sapo en su casa: era la prueba definitiva que se buscaba.
Teólogo católico, se convirtió al anglicanismo en Londres, antes de volver al catolicismo. Era todo menos ateo -pero denunciaba la manipulación de las conciencias por parte del clero-, pero fue acusado de ateísmo. Defendía la existencia de Dios en -o como- la naturaleza. Esta afirmación tenía como consecuencia que cielo y tierra no estaban separados, y que ambos eran relativamente perfectos. El perfectamente ordenamiento, la regularidad de los tránsitos terrenales eran la prueba de la divinidad del mundo. Mientras el mundo era eternamente el mismo en medio de los cíclicos cambios, el ser humano y los simios tuvieron un ancestro común -una afirmación que se anticipó tres siglos a la intuición de Darwin. Los teólogos se aliaron para buscar y rebuscar en sus escritos frases que pudieran dar pie a la acusación de ateísmo. durante el juicio, proclamó su creencia en la divinidad. La defensa de la fe pareció demasiado perfecta. Se rumoreaba que mentía, que se burlaba de los jueces.
Hoy, creemos que nuestros tiempos están marcados por la difusión de las noticias falsas que buscan socavar reputaciones y derribar gobiernos.
La aterradora historia de Vanini muestra lo contrario. Los noticias falsas podían llevar a la hoguera. Hemos evolucionado. Hoy, solo llevan a eliminar perfiles de Instagram.
Es terrorífica la historia de la Iglesia y su voluntad de poder .Atila podría hacer cosas así pero jamás invocó a un Dios padre y bondadoso
ResponderEliminarPodríamos pensar que la exigencia -y no solo la creencia- de un único dios, cuando otros creen en la existencia de múltiples otros dioses, lleva a esa barbarie, aunque es cierto que el zoroastrismo, que yo sepa, no ejecutó a nadie por no creer en la sola existencia de su dios.
EliminarAún hoy, hay tropas evangelizadoras en Brasil dispuestas a convertir a tribus amazónicas
La difamación y la delación por parte de miserables ha sido una de las armas de los poderosos para mantener el control
ResponderEliminarAyer y hoy, en efecto. Las redes sociales no han inventado nada
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