Fotos: Tocho, septiembre de 2023
El veneno de la arquitectura son las metáforas. Se definen, se justifican, se califican los edificios y los proyectos urbanísticos a base de comparaciones que quieren ser poéticas y a menudo son mortíferas.
El aeropuerto de la capital Jordana, Amman, de Norman Foster, no escapa a este vicio. Las metáforas se multiplican y apuntan en diversas direcciones, con cierto deje orientalista. Las columnas son palmeras en el desierto, las bóvedas, cúpulas -que deben aludir a mezquitas- y tiendas de beduinos, pero también hojas de un jardín, los patios, corralas árabes, las líneas de unión de los elementos, grafía oriental, y la entrada al edificio, un lugar de encuentro como solo se halla y se utiliza en una ciudad árabe.
Las metáforas son innecesarias. El techo del aeropuerto -el edificio es un techo, y espero que no sea una metáfora, lo más característico es el techo- es hermoso. El espacio interior no es destacable, pero la vista no cesa de elevarse. Ay, refiriéndose a un aeropuerto, otra metáfora despunta.
https://www.fosterandpartners.com/projects/queen-alia-international-airport
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