“ “¡Para aniquilar a mis gentes,
voté por la guerra!
¡Y fui yo misma quien los parió:
ellos son mi gente
y ahora, como unos peces más,
llenan todo el mar!”
Los dioses -los Anunnaki-
lloran con ella;
en un humedal de penas,
lloran con ella;
resecos están sus labios,
presos de calentura.”
(Sîn-lēqi-unninni: Epopeya de Gilgamesh, tablilla 11: 120-125. Traducción: Joaquín Sanmartín)
Hasta los dioses lloran por lo que a algunos hombres no parece afectarles y no les tiembla la mano ordenando proseguir la guerra con saña….
La diosa-madre mesopotámica, que parió a los humanos, y todos los dioses del cielo, en cambio, lloran su tremenda equivocación : haber ordenado la guerra contra la humanidad, desencadenando el diluvio, que anegaba y disolvía a los humanos, hechos de barro.
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