Fotógrafo franco-vietnamita, con una intensa relación con España (y el Museo de Arte Moderno IVAM, de Valencia). Cuando obtuvo el premio PHotoEspaña en 2013, ya había publicado Barcelona 74, un célebre libro sobre la ciudad en las postrimerías del franquismo, más gris que en blanco y negro, y había vivido en Huesca y Almería, lugares que le recordaban Mexico donde ha pasado una parte de su vida.
Sus fotografías que recorren las ciudades en las que ha vivido y vido, principalmente México y Almería, captan la extrañeza de una escena que califica de banal, donde en apariencia nada destaca ni presenta rasgo alguno que pudiera llamar la atención, salvo, por la luz y el encuadre, en la propia imagen. Es difícil saber qué causa la fascinación de sus fotografías, casi al límite de la imagen antropológica.
La mayoría de sus fotografías en blanco y negro son urbanas o suburbanas, reflejando barriadas periféricas de auto construcción, aparentemente vacías o dormidas, adormecidas más bien, como si el tiempo se hubiera detenido. Raras veces parecen habitadas; escasas multitudes; alguna figura diminuta cruza la imagen. Los ocasionales protagonistas suelen ser siluetas a contraluz, sombras inevitablemente planas, o personas captadas de espalda, alejándose casi siempre.
Un museo en el sur de Francia, donde vive hoy el fotógrafo, presenta hoy una exposición centrada en un aspecto poco cómodo de la obra de Plossu : vistas a color italianas -que, paradójicamente, pese a que soñamos en blanco y negro aunque creemos soñar en color, tienen, a causa del color, un aspecto ensoñador o irreal frente a la dureza palpable, tangible, de las imágenes en blanco y negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario