Fotos: Tocho, junio de 2022
A la muerte sin descendientes directos del rey Carlos II de Habsburgo del declinante Imperio español, las monarquías europeas lucharon para imponer un rey que pudiera unir a la península a sus respectivos reinos. La guerra europea de sucesión al trono de España se dirimió entre un pretendiente francés, Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV, y un candidato germánico, Carlos de Habsburgo. Ambos contaban con apoyos de diversas monarquías europeas. Carlos accedió al trono, pero su reinado fue de corta duración. No logró imponerse, contaba con escasos apoyos y acabó aceptando una inesperada oferta: la corona del Sacro Imperio germánico. Abandonó la península (dejando a su esposa en Barcelona), cediendo el trono al pretendiente francés.
La pequeña ciudad de Cervera, contrariamente a otros Burgos, apoyó al nuevo rey y solicitó acoger el Estudio General (o Universidad) de Barcelona, clausurado por haberse manifestado en favor del rey Carlos huido.
Se edificó un imponente conjunto barroco -de discutible calidad-, proyectado por el ingeniero francés Francisco de Montaigú, y construido con una piedra caliza maltratada por la erosión y el descuido, que aún domina la pequeña ciudad de Cervera. Acogió los estudios universitarios medievales de Derecho, Teología, Filosofía y Medicina, lo que permitió que Barcelona se dotara de estudios superiores de técnicas, economía y comercio, más adaptados a los nuevos tiempos. Finalmente, un siglo más tarde, la universidad de Cervera se cerró y los estudios universitarios especulativos, humanísticos regresaron a Barcelona en 1842.
Todos los servicios que atendieron a los dos mil universitarios en Cervera (que solo contaba con ochocientos habitantes), colegios mayores, tabernas y prostíbulos, se cerraron, y la ciudad, asentada en unas tierras áridas, lejos de cualquier río, sin apenas artesanía ni naciente industria, volvió a adormecerse.
Hoy, el edificio, muy gastado, acoge un instituto, un archivo, una biblioteca y la sede de una universidad a distancia. Las piedras caen, la estructura se debilita, andamios oxidados, barandillas metálicas que impiden acercarse a las fachadas por posibles desprendimientos y redes raídas protegen a los viandantes y los escasos usuarios, y telas y paramentos envuelven desde hace años los elementos más destacados como una gran fuente en uno de los patios. Los peldaños de piedra, desgastados, descascarillados, deben ser pisados con mucho cuidado. La puerta principal, con herrajes de otro tiempo, está cerrada a cal y canto. Pese a que se ha declarado como el monumento barroco más importante en Cataluña, los poderes públicos han abandonado la urgente restauración de un imponente y decrépito conjunto, que suscita pena y nostalgia, por su inútil grandiosidad y la dejadez y el abandono en el que se encuentra.
Agradecimientos al patronato de turismo de Cervera por su generosa visita.
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