sábado, 2 de julio de 2022

PABLO RUIZ PICASSO (1881-1973): LA VENUS DEL GAS (1945)





 Fotos: Tocho, Museo Picasso, París


Una hermosa exposición sobre Maya, la primera hija de Picasso, en el museo Picasso de París, hoy, incluye una estatuilla antropomórfica que podría pasar desapercibida. Negruzca, esquemática, recuerda obviamente una figura paleolítica o neolítica, si no fuera por el material (hierro oxidado): un cuerpo femenino ancho, abombado, grávido, con un hijo en el interior del vientre, asaetado de innumerables pechos como la Diana de Éfeso, hierática, firme sobre piernas y pies gruesos como columnas, que contrastan con una cabeza triangular diminuta y un largo y esbelto cuello ligeramente curvado hacia adelante. El porte es seguro y sereno. La figura, a contraluz, como una negra aparición, es hipnótica y atrae las miradas irresistiblemente. No, no es cierto, no pasa desapercibida.

Esta nueva incursión de Picasso en el arte primitivo enlaza con la influencia del arte románico, ibérico y de culturas africanas en la figuración de Picasso y el nacimiento del cubismo; también entronca con las obras que adquiría.

Un detalle, sin embargo: la estatuilla no ha sido moldeada por Picasso. Se trata de un banal quemador de gas de hornillo,  ennegrecido por el uso continuado, un modesto útil, siempre indistinguible, dispuesto verticalmente en la peana, que nuestra mirada , a través de la aguda disposición de Picasso, confunde o lee con y como una estatuilla divina.

El museo, astuta, cruelmente, ha situado la escultura Fuente, un urinario, presentado horizontalmente, de Marcel Duchamp, junto a la Venus del gas . Dos mismas maneras de dar la vuelta a un objeto de uso. Nunca la abismal diferencia entre lo gracioso y la gracia ha sido tan evidente. 


https://www.museepicassoparis.fr/fr/expositions-en-cours 

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