miércoles, 29 de diciembre de 2021

La mujer en la Roma imperial











 Fotos: Tocho, Museo de la Romanidad, Nîmes (Francia), diciembre de 2021







Una exposición sobre la mujer en Roma, precisamente  hoy, huele excesivamente a servidumbre bien pensante a los tiempos que corren.
Pero la muestra que el Museo de la Romanidad de Nîmes (Francia) y la Galería de los Oficias de Florencia han organizado y presentado ahora en la ciudad francesa ofrece una escueta pero excelente selección de bustos femeninos romanos -algunos restaurados en el siglo XVII, lo que da pie a incluir  espléndidos álbumes de dibujos de estatuas antiguas por artistas barrocos- y de altares y monumentos funerarios,  acompañados de largas, precisas y esclarecedoras explicaciones acerca de la suerte de las mujeres, desde emperatrices hasta esclavas, durante el imperio romano. La figura de la matrona, devota esposa y madre, relegada al espacio doméstico, sin incidencia en el espacio público y político, era la defendida (por la sociedad masculina), contrapuesta a la denostada figura de las adúlteras y las “mujeres publicas”, sin que estas clasificaciones fueran estancas ni definitivas, una mujer alabada como matrona bien podía “caer” a ojos de la sociedad, a menudo por su intento decidido de salir a la luz pública y no quedar encerrada en el cuidado de la casa o el palacio. La figura de la emperatriz, una matrona con real poder político, siempre a la merced de traiciones, ascensos y destierros en la convulsa, violenta, sediciosa y ambiciosa sociedad imperial, hallaba un eco en la figura de la esclava que ascendía, por vía matrimonial con uno de sus dueños, y lograba el reconocimiento y el respeto públicos. En todos los casos, los intentos, logrados o fracasados, de las mujeres por abrirse camino en el espacio público y ejercer derechos políticos, parecen haber marcados la suerte de la mujer en la Roma imperial, una lectura, quizá novedosa, de la sociedad Romana, a través que la imagen femenina (imagen proyectada por la mujer y deseada por ésta), idealizada a veces, pero casi nunca complaciente, imágenes de figuras seguras y conscientes de su poder o de su suerte, que intentaban, en el caso de la familia imperial, de desligarse de ésta para hallar un mejor y merecido encaje. 










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