jueves, 24 de septiembre de 2015

Siria,lo que el tiempo no destruye...





Siria ocupa hoy un territorio que comprende el valle del Éufrates, las estribaciones de los montes Tauro que marcan la frontera con el altiplano de Anatolia, una fértil franja a lo largo del Orontes y las estribaciones de los montes del Líbano (el mítico emplazamiento del bosque de los Cedros donde moraba el divino monstruo Humbaba, hermano del dios Enki, contra quien Gilgamesh y Enkidu lucharon) y el amplísimo desierto siro-mesopotámico que se prolonga, al sur, con el desierto arábico, que comprende la mayor parte del país.

En la antigüedad, Siria escapó a los grandes imperios mesopotámicos (neo-sumerio, acadio, babilónico, asirio), sino que estaba dividido en pequeños reinos (Damasco, Alepo) que mediaban entre los imperios asirio, hitita y egipcio.
El emplazamiento de Palmira, cabe un gran oasis, constituía un alto en la travesía del desierto, cuya ruta adquirió protagonismo cuando las caravanas, quizá no antes de la época helenística, se atrevieron a aventurarse por esta ruta que acortaba la distancia entre Mesopotamia -y, más lejos, Elam (Irán) y la India- y el Mediterráneo.

Es por esta razón que los historiadores (occidentales) consideraban que Siria era un territorio y comprendía culturas marginales o provincianas.
El estudio de los yacimientos mesopotámicos de Mari, Tell Brak y, recientemente, Ebla (cuya biblioteca es una de las más ricas en tablillas cuneiformes del Próximo Oriente) ha cambiado esta imagen.
Durante mucho tiempo, se pensó que la historia empezó en Sumer: instituciones e innovaciones políticas y culturales como la ciudad, la realeza, la justicia, el panteón, la escritura, el cálculo fueron generados en el sur de Mesopotamia (hoy, Iraq) y, a través de los ríos Éufrates y Tigris, se divulgaron hacia el norte -y el este. Hoy, recientes descubrimientos hacen tambalear esta sólida creencia y algunos estudiosos piensan que la circulación de ideas y técnicas se realizó en sentido contrario, generadas en Anatolia y el el norte de Siria, y descendieron hacia Mesopotamia, o se produjeron simultáneamente en lugares distintos, tanto en Siria cuanto en Mesopotamia (Iraq).

Siria ha sido un país que se ha podido visitar turísticamente en los últimos años durante un corto periodo de tiempo: entre principios de los años noventa -tras el cierre del país al que sometió la dictadura de un presidente de por vida tras el asedio, la destrucción sistemática y la matanza de la población de la ciudad de Hama, entre Damasco y Alepo, por el gobierno, a principios de los años ochenta- y principios de 2011, con el inicio de la guerra civil que aún asola. Pero ya en 2009, dos antes del inicio de la revuelta, en Damasco se intuía que los años venideros iban a ser complicados...

Los participantes en esta sesión han participado en misiones arqueológicas en Siria, especialmente el Dr. Miquel Molist, y tratarán de comunicar su experiencia y sus impresiones, conscientes que solo los sirios saben la verdad

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