lunes, 13 de julio de 2020

El búnker del arte
























Fotos: Tocho, julio 2020

El Centro de Creación Contemporánea de Andalucía C3A -ha tenido diversas denominaciones-, de los arquitectos Nieto & Sobejano, se inauguró hace tres años y medio, en la ribera menos poblada del río Guadalquivir.
Sus doce mil metros cuadrados de superficie lo convierten en uno de los mayores contenedores culturales de España. El tamaño y el volumen estaban en relación con los trescientos metros de fachada del Centro de Congresos del Parque de Miraflores (Palacio del Sur, todo un nombre), de Rem Koolhaas, que nunca se construyó: el C3A (antes C4) temía quedar ensombrecido.
Exteriormente es un complejo juego de volúmenes blancos, que casi oculta el acceso. Por dentro, un monumental y sombrío búnker de hormigón, cuyos altos muros, taladrados con una trama de óculos para colgar cuadros y aspilleras que agujerean el muro perimetral de la fachada que da al río, iluminadas por luces leds, que componen un inesperado y ornamentado cielo estrellado contra la grisura del muro que dificulta la visión de las obras. Las salas tienen una planta irregular: pronunciados lucernarios se adentran amenazantes en el espacio catedralicio de cenotafio, mientras que amplias conexiones entre aquellas configuran un único espacio continuo amorfo. El proyecto no pudo responder a ninguna función precisa, que no existía. Se trata de un volumen autónomo, que no puede acoger obras de arte, perdidas en el descomunal laberinto gris -una actualización de una basílica de los caídos-, por el que nadie circula.

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