domingo, 21 de agosto de 2022

ANDY GOLDSWORTHY (1956): REFUGIOS DE ARTE (1995-2022)














 Teoría, en griego antigua, significa tanto lo que es digno de verse, como la procesión que tiene como finalidad la contemplación de una maravilla (un significado que la moderna palabra teoría ha retenido).
El arte, como la religión, exige un desplazamiento hasta un umbral infranqueable, en el caso de religiones politeístas antiguas, o hasta el corazón de un santuario para comulgar y disfrutar de un íntimo contacto o de una vista, sea la de una divinidad o de su representación mágica, sagrada o artística.
Cierto arte conceptual, lindando con el land art, puso el acento en el movimiento del artista. La obra era el deambular de éste, la experiencia que adquiría y retransmitía recorriendo un territorio y dejando huellas a su paso.
La obra del escultor inglés Goldsworthy, Refugios de arte, combina ambos movimientos. Es a través del andar por los Alpes del sur franceses que el artista fue descubriendo construcciones añejas de piedra abandonadas -refugios, capillas, abrigos- que decidió restaurar e incorporar en un recorrido como si de una estaciones de la Cruz se trataran, o unos altos en el camino, algunos preparados para que se pueda pasar una noche. Otros hitos y espacios íntimos e interiores, en cambio, han sido proyectados y construidos por el artista.
El conjunto de construcciones constituyen una única obra, que el visitante solo puede descubrir en paseos de unos diez días por un amplio territorio. Algunos elementos son casi invisibles, otros no se distinguen de construcciones alpinas del pasado -son construcciones del pasado rehabilitadas-, otros. En fin, casi se confunden con el entorno. Su descubrimiento requiere sagacidad, paciencia y empeño, y solo se logra con un tránsito decidido, tras la de unión de partir al encuentro de una obra memorable -porque no se abre a ser descubierta sin esfuerzo y reflexión.

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