lunes, 23 de noviembre de 2009

Justicia sumeria


(Terracota sumeria)
"kishi4 ù sur-ra gal4-la-a-ni
umbin in-ku5-ru-ne
giri17 ni gishgag-si-sá in-bùru-ush
iriki NIGIN2NIGIN2-e-dè"

Esta resolución judicial neo-sumeria (finales del III milenio aC) nos es ya lejana, no solo porque está redactada en sumerio (si bien el texto no es de muy difícil comprensión), sino porque es fruto de una visión de las relaciones de pareja que se ha enturbiado aún más en el Próximo Oriente.

Èrramalik (nombre que significa Consejo de Erra, el dios de las siete plagas) tomó por esposa a Ishtarummi, hija de Aliazu (Médico, experto en aguas medicinales). Al poco tiempo, descubrió que su mujer hollaba su alacena, le robaba aceite de la despensa y le escondía las jarras.
Pero su felonía no se limitaba a esos hurtos:

"Sobre un hombre la cogieron
En el cuerpo de un hombre en la cama
Unida".

Ishtarummi (que significa Hija de Ishtar, la diosa de la pulsión sexual y de la guerra) era adúltera. Su esposo la denunció.

Según la decisión judicial del rey, aplicada por el administrador apropiadamente llamado Ismedaganzigu (nombre compuesto a partir de los términos Dagan, dios semítico de la tormenta fulminante -y de los cereales que brotan tras las lluvias-, y zi, justicia, en sumerio), Èrramalik obtuvo el divorcio y una compensación en minas de plata (pagada, se supone, por su mujer).

En cuanto a Ishtarummi,

"la mitad de la cabeza y la mitad de la vulva
afeitarán (o le afeitarán la mitad de la cabeza y del cuerpo hasta la mitad de la vulva)
Atravesarán su nariz con una flecha (o le rajarán la nariz, o se la cortarán, la desfigurarán)
Y le harán dar vueltas por la ciudad (es decir, la expondrán al escarnio público, a la vista de todos)".

Esta decisión, muy habitual hace más de cuatro mil años años, ya no se aplica actualmente: hoy en día, se entierra el cuerpo de la mujer adúltera hasta la cintura y se la lapida hasta la muerte, o se la mata a latigazos.

Sin embargo, el adúltero es recibido con la misma indiferencia: nadie lo cita; nada le ocurre, sin duda.

(VOLK, Konrad: A Sumerian Reader, Roma, 1997, texto 39, pág. 37. Traducción e interpretación: Clase de segundo curso de sumerio del máster de Asiriología del IPOA, Universidad de Barcelona, dirigida por Lluis Feliu. Ejercicio llevado por Jordi Abadal.
Dedicado).

4 comentarios:

  1. "Sin embargo, el adúltero es recibido con la misma indiferencia: nadie lo cita; nada le ocurre, sin duda."

    En 4.000 años, no ha cambiado nada!!!!!! "es recibido con la misma indiferencia" o incluso su acción en ocasiones se celebra por su virilidad, en fin para que vamos a comentar nada!!!

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  2. Glauka, un tanto feminista

    Se ha exagerado mucho la supuesta condición excelsa de la mujer en Mesopotamia (imposible, por otra parte, de describir de un solo golpe, dado que, si no nos limitamos a Sumer, nos enfrentamos a unas culturas que perduran durante cuatro milenios), basándose en la figura de la hija del emperador acadio Sargon I, Enheduanna, sacerdotisa de Ishtar, y gran poetisa, cuyos versos se han conservado -y que constituyen una de las cumbres de la literatura mundial.
    También ha fascinado que la mujer, al menos en Sumer, pudiera divorciarse.

    Pero lo cierto es que su suerte no era envidiable -claro que, ¿lo era la del hombre?- y no creo que existan textos en los que se condena al hombre por adúlturo (¿lo era?).

    Una reciente exposición en el Museo Dapper de París, dedicado a las artes llamadas primitivas, se centra en la constitución, la condición y la imagen del hombre en alguna cultura africana, y muestra que la imagen masculina solo se alcanzaba tras durísimos ritos de paso que implicaban mutilaciones que el iniciado se inflingía o que le eran aplicadas sin misericordia. Debía mostrar su valor, que era un "hombre"; debía hacerse "hombre".
    En Esparta, hasta la llegada de Alejandro, los ritos de paso de los jóvenes (hombres y mujeres) podían conllevar la muerte. Además, debían demostrar que eran capsces de matar (seres socialmente inferiores).

    Por tanto, en algunas culturas antiguas o "primitivas", la condición masculina, que se ganaba y no era dada de antemano, tampoco era un camino de rosas.

    Vivir en un harén, a la espera del señor, ¿no era el paraíso?

    Tocho que chochea

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  3. a mí me interesaría mucho conocer la referencia de la imagen con la que ilustras este post...
    Gracias anticipadas

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  4. Buenos días

    Se trata de una terracota de pequeñas dimensiones, de las que existen numerosos ejemplares en varios museos con colecciones mesopotámicas, en el Oriental Institute de Chicago, el Museo del Louvre, el British Museum, etc. En concreto, desconozco a qué colección pública pertenece esta pieza.
    Sin embargo, estoy preparando una muestra sobre arquitectura sumeria para finales de 2012 en Caixaforum, en Madrid y Barcelona, y una pieza muy similar será expuesta, prestada por el Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia, escogida por los propios conservadores entre la amplia colección de terracotas del museo (aún no tengo referencias ni imagen de la pieza que prestarán, dado que lo único importante es el estado de conservación, no su manufactura, casi siempre idéntica -eran piezas hechas con moldes la mayoría de las veces-.
    Existen publicaciones sobre terracotas o figuritas mesopotámicas que recogen esta y otras iconografías.
    Lamento no poder ser más preciso es este momento, pero no debería ser difícil hallar un ejemplar como el que ilustra esta entrada

    Atentamente

    Pedro Azara

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