miércoles, 8 de enero de 2014

TED KOOSER (1939) & JON KLASSEN (1981): HOUSE HELD UP BY TREES (CASA LEVANTADA POR ÁRBOLES, 2012)

















Cada año, cada mes, cada día el padre segaba cualquier tallo que apenas despuntara alrededor de la casa. Los altos troncos de los árboles de un bosque tan tupido que impedía vislumbrar a los animales que, a través de confusos rumores, se adivinaba que moraban sin duda en su interior, ceñían, como una verja demasiado alta y estricta el solar.
Los niños gustaban esconderse tras los lindes del bosque y contemplar la casa y a su padre en su obsesiiva operación de limpieza.
Los hermanos se hicieron mayores. los árboles ya no eran tan altos. De espaldas a la casa contemplaban el bosque recordando aún como, cuando eran pequeños, vivían aventuras entre las ramas bajas de olmos, chopos y almendros cuyas semillas sembraban una y otra vez la tierra fértil.
Partieron.
El padre se encontró solo. Ya no podía desbrozar el jardín siempre cortado. Solo movía los brazos lentamente desplazando el aire apenas. Las hojas caídas se aventuraban cada vez más cerca de la casa.
Decidió irse a vivir a la ciudad, cerca de sus hijos. quizá le invitarían a almorzar algún día. Puso la casa en venta.
Durante años pasó regularmente para ver si algún comprador se interesaba. Nadie se detuvo.
Los arbustos ya se desperezaban alrededor de la casa. Unos jóvenes rompieron todos los cristales. A través de las ventanas heridas, las semillas cubrieron el suelo de madera de las estancias, como si quisieran devolver a la vida a las lamas cortadas.
Un día, unas raíces más huesudas levantaron la casa. La luz se filtraba por debajo de la planta baja. Los muros de madera claveteados crujieron. Las uniones entre tablones, en las esquinas, cedieron.    
Pero el viento no pudo con la casa. Los árboles que la aprisionaban cortaban la ventisca y mantenían a la casa en pie.
Día tras día, año tras año, las nerviosas ramas fueron alzando la casa. Desde la carretera solitaria e impertérrita, por encima del bosque, una casa temblorosa y fiera flotaba sobre las hojas diminutas que despuntaban, como sobre una nube de espuma.

House Held by Trees, del poeta norteamericano Kooser (Premio Pulitzer de Poesía de 2005), ilustrado por el joven dibujante Klassen, que trabaja en el campo de la animación, ha sido escogido como uno de los cuentos infantiles más hermosos publicados el año pasado.

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