viernes, 25 de octubre de 2019

Lamassu en Mosul


















Fotos: Tocho, octubre de 2019

La ciudad de Bagdad tenía que haber organizado una gran exposición sobre los tesoros de las tumbas reales neo-asirias de Nimrud, uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes en el Próximo Oriente en los últimos años, cuyas piezas de oro y de marfil se habían salvado del saqueo del Museo de Bagdad de 2004 gracias al gesto de un conservador que guardó las obras, sin decir nada -temiendo filtraciones- en cajas fuertes del Banco Nacional de Iraq.
La exposición hubiera incluido réplicas a tamaño natural de los Lamassu de la Sala del trono del palacio del rey neo-asirio Asurbanipal II, en Nimrud, que se hallan en el Museo Británico de Londres.
La exposición fue confiada a una empresa privada danesa.
Ésta quebró. La exposición se canceló. La empresa, sin embargo, en posesión de un contrato -que aún no ha sido invalidado-, denunció al estado iraquí y exigió una indemnización de cien millones de euros -la petición aún colea-. Ningún responsable de ningún museo se atrevió a ir en contra de la poderosa -aunque fallida- empresa danesa.

Las réplicas fueron realizadas por una empresa, fundada por un artista inglés, ubicada en Madrid. Las estatuas originales fueron escaneadas. Con los datos obtenidos, una máquina esculpió un modelo en porexpan que sirvió para realizar un molde de silicona en siete partes. Una mezcla de escayola coloreada, una masa fileteada, se fue aplicando por capas en los moldes. Dichas capas, cubiertas de esteras vegetales y de escayola, constituyen el cuerpo de las réplicas, pintadas y recubiertas de yeso.

Debido a los saqueos y destrucciones del Estado Islámico en los yacimientos neo-asirios de Nínive, en Mosul, y de Nimrud -yacimiento devastado- en 2014 y 2015, el Museo de Leiden organizó una exposición sobre el arte asirio. Las réplicas fueron incluidas en la muestra.

El actual embajador español en Bagdad, el Excmo. Sr. Hansi Escobar, logró que el Ministerio de Defensa español, el Museo Británico y el Museo de Leiden, aceptaran donar dichas réplicas a Mosul.

Han sido llevadas a Mosul desde Madrid en un avión militar Hércules, que llevan material y bienes a la base militar española en el sur de Iraq.
El jueves 24 de octubre de 2019, dicha donación se hizo oficial ante una numerosa delegación española, inglesa e iraquí.

Las réplicas se han colocado en grandes urnas de vidrio a lado y lado del acceso al nuevo centro de estudiantes en el centro del Campus universitario de Mosul, cerca de la biblioteca incendiada por el Estado Islámico.

Los Lamassu eran genios alados asirios, de rostro humano y cuerpo de animales -toros, leones y águilas: los animales de los Evangelistas, tomados de la iconografía asiria-, que se ubicaban en los límites de los espacios que debían proteger mágicamente; en particular, velaban sobre la sala del trono de los palacios imperiales, que eran una imagen del cosmos. Hoy guardan el acceso del único edificio reconstruido o restaurado del campus de la universidad de Mosul, aun malherido.


Nunca podré agradecer bastante a Hansi Escobar por la generosa invitación a asistir a dicho acto, junto con la delegación española, facilitando la entrada imposible en territorio iraquí, cabe Mosul. Los agradecimientos se extienden al cuerpo de seguridad.
Agradecimientos también a la misión arqueológica francesa de Qasr Shemamok, y en particular a la Dra. Mariagrazia Masetti-Rouault. Gracias a la misión, se ha podido ir a Mosul desde Erbil donde se aloja la misión.

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