Una película soviética -un clásico del cine, quizá menos conocido- sobre el inmisericorde asedio alemán de París, tras la derrota imperial francesa ante el ejército prusiano, en 1870, y la revuelta en la ciudad, con la creación de un gobierno llamado La Comuna, una guerra civil en la capital francesa, en 1871.
El cineasta Grigori Kozintev, marcado por el futurismo y el arte dadá, amigo de Eisenstein, nació en Kyiv (Kiev); era ucraniano. Desarrolló su carrera en Leningrado (ayer y hoy San Petersburgo).
Quizá hoy esta película resuene de un modo particularmente trágico.
PS: La Nueva Babilonia (Novyy Vavilon) no es el nombre metafórico de Paris, como sí lo fue el de Nueva York a mediados de los años veinte del siglo pasado, sino el nombre de una tienda en la que trabaja una de las protagonistas, pero es obvio que Babilonia, en este caso, como en tantos otros, es una alegoría de una ciudad corrupta y decadente -cuya inmoralidad, y el abandono de los dioses, llevó a que fuera castigada con el asedio, que llevó a una revuelta que quiso ser liberadora.
La banda sonora es del compositor ruso Dimitro Shostakóvitch:
Grigori Kozintev, junto con el director de cine bieloruso Iosif Shapiro, dirigió una celebrada versión cinematográfica de la tragedia de Shakespeare, Hamlet, en 1964, sobre la sombra de un tirano, la traición y las mentiras.
Dimitri Shostakóvitch volvió a componer la banda sonora.
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