1918: la deshumanización que la guerra de trincheras durante la Primera Guerra Mundial, habiendo convertido a los soldados en meras máquinas desechables, había alcanzado un punto de no retorno.
Fue este año cuando la artista suiza ( bailarina, diseñadora de tejidos, decoradora, artista plástica y docente) Sophie Taueber-Arp, eclipsada por su esposo, el escultor Jean Arp, recibió el encargo de la escenografía de una obra del siglo XVIII, una fantasía titulada King Stag, del autor veneciano Carlo Gozzi.
La artista adaptó la obra a la época, burlándose del simbolismo freudiano del deseo, y creó diecisiete marionetas antropomórficas y teriomórficas, compuestas por piezas metálicas cuyas uniones eran visibles, convirtiendo a los seres en peones inexpresivos y desarticulados, vagamente siniestros y grotescos, suspendidos por cables, a merced del capricho de quien las manipula.
El escándalo fue tal que la obra fue representada solo tres veces, y desapareció.
Las marionetas, una de las cumbres del arte moderno, se han recuperado para una exposición antológica itinerante de la artista que concluye su periplo en el Museo de Arte Modrrno de Nueva York (MoMA) en el mes de marzo:
. https://www.moma.org/calendar/exhibitions/5206
Para MD, entusiasta de la artista
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