Ya comentamos la temida carta de la Torre, que no es sino la Torre de Babel derribada -o que hace saltar por los aires su techo para que la luz entre o emane de ella.
La carta del Mundo tiene la misma importancia y ofrece perspectivas más tranquilizadores. Dos cupidos sostienen un círculo, la imagen del universo, perfecto, circular, estructurado en el mar, la tierra y el cielo.
La ciudad no se apoya en la tierra sino que está suspendida en el cielo. Una ciudad también perfecta, de planta hexagonal , circundada por una muralla, dentro de la cual se alza un palacio de planta cuadrada. La ciudad es un hekhal, el nombre del Santa Santorum del templo de Jerusalén donde se hallaban los símbolos que designaban a Yahvé, el dios invisible, y de hekhalot estaba el cielo lleno, que las almas que retornaban a la luz, tras la muerte del cuerpo, debían atravesar sin perderse, puestas a prueba, hasta alcanzar el Trono, símbolo de la presencia invisible de la divinidad.
La carta del Mundo muestra la Jerusalén celestial. En diversas representaciones renacentistas, de la Ciudad de Dios, de San Agustín, ésta se muestra exactamente como la ciudad de la carta del tarot. No se trata de una ciudad alejada del mundo, empero. Ciudad ideal y sin embargo cercana, constituye un objetivo alcanzable. Por eso, esa carta alumbra la esperanza de escalar a la presencia de la carta de la muerte.
Es entonces cuando se espera sacar la carta del as de copas. Una carta menor, sin duda, que muestra una construcción o una ciudad en equilibro sobre una copa, símbolo de las emociones humanas, del compartir bienes, del diálogo y el intercambio, acciones y sentimientos humanos que se encuentran y se sellan en los banquetes, las cenas, incluso la última. La comunión de ideas se sella con una copa. Y estos sentimientos plenamente humanos que hacen que la vida sea más plena, se desenvuelven y se guarecen en la casa o la ciudad que los acoge sobre ls copa.
Pocas representaciones arquitectónicas han podido reflejar mejor los valores humanos del hábitat personal .
No hay comentarios:
Publicar un comentario