martes, 1 de febrero de 2022

CONSTANTIN BRANCUSI (1876-1957 FOTÓGRAFO















 







































El escultor rumano Brancusi, instalado en París, considerado como el padre de la escultura moderna, junto con el francés Rodín, con cuyas obras, en los inicios de su carrera, se comparó, fue, en los años veinte del siglo pasado, también un gran fotógrafo de sus propias esculturas, retratando una y otra vez, bajo ángulos y e iluminación distintos, sobre todo los retratos y las testas esculpidas, presentadas casi siempre como figuras dormidas, con la cabeza descansando tranquilamente, los ojos cerrados, en un plano horizontal. Las sombras, los puntos de vista, los fondos lisos ofrecen una imagen de las obras, de las que no retrata los soportes que, en la realidad, eran esenciales, que difieren mucho de las esculturas. Éstas dejan de ser estatuas, sobre soportes, y se convierten en entes -o seres- flotando en un espacio vacío, emergiendo a veces, como apariciones, asomándose al marco de unas ventana que es el papel de la fotografía.
Esta faceta de Brancusi, que ha sido expuesta y que regularmente aparece en subastas, es, sin embargo, menos conocida y no suele incluirse en las colecciones permanente, salvo, hoy en el Centro Pompidou de París.




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