viernes, 4 de octubre de 2013

Maquetas arquitectónicas neolíticas de Malta







Museo Arqueológico de La Valletta, Malta
Fotos: Tocho, septiembre de 2013

Las grandes construcciones -templos, casas comunitarias, palacios, asambleas, o sea cual sea el tipo de espacio al que se adscriben hoy estos edificios cuya función se desconoce- de piedra de Malta (de finales del quinto milenio a la primera mitad del cuarto milenio aC) no parecen obras improvisadas y levantadas al azar, ni responden a la suma de partes edificadas en distintos tiempos, sino que bien parece resultar de una cuidadosa planificación, perceptible en los ejes de simetría, la cuidadosa distribución de los espacio a lo largo de estos ejes, y la composición de las fachadas, simétricas y levemente cóncavas. Por otra parte, la orientación de la mayoría de las construcciones parece responder a un meditado estudio de la planimetría celeste.
El hallazgo de "maquetas", de trazados en piedra y terracota, de volúmenes y de fachadas, esculpidos en piedra, parece corroborar que las obras siguieron un plan determinado -si es que maquetas y dibujos precedieron la construcción- u ofrecían una imagen coherente, masiva, unitaria -en el caso en que las representaciones fueran más bien imágenes o reproducciones quizá a escala de obras ya concluidas-. Lo cierto es que algunas de estas "maquetas" han servido para tener hoy una imagen más completa de los edificios, así como para apoyar la hipótesis según la cual una parte al menos de las construcciones estaban techadas -cuando, en verdad, no se han encontrado restos de lastras o bloques de piedra derribados que corroboren la cubrición, con piedras y no con elementos vegetales, de las estancias.
Estas representaciones, algunas de las más antiguas que se conservan -que destacan a veces la fachada principal-, fueron halladas en general en los "templos" por lo que se han interpretado como ofrendas votivas, quizá de los constructores, a la divinidad o divinidades para la cual el santuario se había levantado. Sin embargo, acontecen dos problemas, al menos. Ciertas maquetas reflejan bien las formas "orgánicas" (estancias de planta circular u ovalada), de los espacios, no así otras, compuestas según esquemas cuadrangulares, que no se encuentran en los trazados de las construcciones llegadas hasta nosotros. por lo que, a menos que representen espacios imaginarios, se refieren a construcciones desaparecidas; o ¿de otras culturas?
Es cierto, sin embargo, que el suelo rocoso de la isla está recorrido, en algunas partes, por hondos trazados paralelos, semejantes a las vías de un tren, que solo cabe pensar fueron abiertos, a lo largo de los años -la piedra calcárea es blanda- por el deslizamiento o el desplazamiento recurrente, según ejes o vías bien pensados de antemano, de carros u otros medios de transporte (¿trineos?), lo que muestra que la organización espacial según ejes ortogonales, más propia de sociedades de la Edad del Bronce, era ya conocida.
Por otra parte, cualquier interpretación, basada en hechos muy posteriores, de otras culturas, ya ágrafas, tiene que ser tomada con cuidado. El mismo término de "maqueta", que remite al lenguaje arquitectónico, quizá no sea adecuado; pero no se puede evitar que estas piezas sean interpretadas hoy como maquetas o representaciones arquitectónicas.

4 comentarios:

  1. El fotógrafo William Christenberry (del que aconsejo su actual exposición en la Fundación MAPFRE de Madrid en el post anterior sobre los templos de Malta), también es escultor. Su obra en tres dimensiones se basa en sus fotografías de edificios vernáculos de varios Condados de Alabama, la mayoría en estado de abandono y con muy evidentes huellas y heridas del paso del tiempo. Estas esculturas son maquetas, pero maquetas a posteriori de estos restos arquitectónicos, una recreación, "un doble" a escala reducida de una determinada tipología de construcciones, un ejemplo de "arqueología contemporánea". Parecido a las recreaciones que se pueden hacer de restos arqueológicos de edificios o ciudades de la antigüedad (Antes del Diluvio p.e.), pero en este caso ante el modelo real. No son el Partenón, pero de un gran interés de lo que se denomina "arquitectura sin arquitectos".

    Como expresión artística es interesante doblemente, porque en dos y tres dimensiones transmite con emoción la nostalgia de un pasado personal que consigue trascender en poesía sin fronteras.

    Saludos.

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  2. No hay arte sin artistas porque incluso, cuando esto excepcionalmente sucede, el espectador los substituye de manera natural, ejerciendo plenamente el derecho que posee de interpretar, y con ello recrear, la obra. Por eso y gracias a la durabilidad de las obras arquitectónicas y escultóricas que sobreviven al polvo que las cubre, podemos establecer conexiones entre arte y artistas neolíticos y modernos (como se dice en otro comentario de otro post) y constatar que nuestra mirada sigue y pende de un hilo fino pero más resistente que nuestras débiles y cortas vidas.

    Las maquetas cumplen una función práctica, pero también responden a la seducción de los “dioramas”, los pesebres, las casas de muñecas, los soldaditos de plomo o de plástico, los teatrillos de cartón, los microcosmos. El mundo en la palma de la mano.

    Saludos a todos.

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  3. "El mundo en la palma de la mano": descripción perfecta del encanto -y el poder- de una maqueta.
    Estas maquetas o "maquetas" no eran solo o tanto maquetas de un constructor sino que podían tener un carácter votivo -ofrendas o recuerdos-, asi como, porqué no, ser juguetes. También altares o pequeñas mesas de ofrendas. Podían reemplazar o duplicar la presencia del templo -si de templos se trata-. De este modo, el ser humano podía tener consigo un recuerdo o la presencia verdadera del templo consigo gracias a que la maqueta era capaz de reemplazar al modelo.
    Gracias a las maquetas, en efecto, podemos imaginarnos mejor qué aspecto tenían los templos y, sobre todo, qué imagen tenían de los templos los hombres del neolítico.
    Muchas gracias por el comentario.

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  4. "El mundo en la palma de la mano": descripción perfecta del encanto -y el poder- de una maqueta.
    Estas maquetas o "maquetas" no eran solo o tanto maquetas de un constructor sino que podían tener un carácter votivo -ofrendas o recuerdos-, asi como, porqué no, ser juguetes. También altares o pequeñas mesas de ofrendas. Podían reemplazar o duplicar la presencia del templo -si de templos se trata-. De este modo, el ser humano podía tener consigo un recuerdo o la presencia verdadera del templo consigo gracias a que la maqueta era capaz de reemplazar al modelo.
    Gracias a las maquetas, en efecto, podemos imaginarnos mejor qué aspecto tenían los templos y, sobre todo, qué imagen tenían de los templos los hombres del neolítico.
    Muchas gracias por el comentario.

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