domingo, 13 de octubre de 2013
Oriente y Occidente: El dístilo de Zalamea de la Serena (Extremadura, España)
Foto del dístilo: Tocho, octubre de 2013
Si el santuario o palacio de Cancho Roano parece venir de otro mundo (etrusco o siro-palestino), guardando ninguna relación con otras construcciones cercanas, y sin que nada lo anuncie, otro monumento aún más insólito e inesperado, a unos pocos quilómetros del santuario tartésico, se alza a un lado de la plaza de la iglesia de Zalamea de la Serena (pueblo célebre por su alcalde).
Se trata de una construcción de unos veinticinco metros de alto. Comprende una base de unos siete metros, sobre la que se alzan dos columnas corintias de igual altura (aunque, hoy, una haya pedido parte del fuste y del remate), sobre las que se apoyaba un arquitrabe.
Se trata de un monumento funerario. Aunque no se ha encontrado ninguna cámara funeraria, sí se han hallado restos que prueban que el monumento se hallaba en un cementerio.
Data del siglo primero o de principios del siglo segundo después de Cristo. Habría sido levantado en honor del emperador Trajano, quizá como monumento funerario dedicado a una de sus hijas.
Pese a ser romano, se trata de un monumento único, no solo en España, sino en Europa Occidental. Posiblemente sea el monumento más extraño o importante de la Península. precisamente por su singularidad. No se parece a ninguna; pero no se trata de una construcción basada en una tipología nueva. Muy al contrario, existen precedentes conocidos.
Un dístilo parecido se levantaba en el santuario de Apolo Delfos (Grecia) en el siglo III aC. Cuando Roma conquistó Grecia y, posteriormente Oriente, divulgó modelos griegos por la parte oriental del imperio, ya fuertemente helenizado.
Dístilos semejantes se construyeron en Siria, en particular en las ciudades romanas, hoy muertas, en las estribaciones de los montes del Líbano (al sur de Alepo). También en Iraq, en Hatra (una ciudad romano-parta, capital de un reino protegido de Roma).
El retorno de contingentes romanos a sus lugares de origen, al acabar sus servicio, condujo a muchos soldados instalaciones en campamentos sirios, de vuelta a la Península Ibérica, a la Bética, particularmente (Itálica fue la ciudad natal de Trajano). Es muy posible que el transvase de modelos culturales greco-orientales a Iberia diera lugar a la erección del dístilo de Zalamea, precisamente en relación con la familia imperial de Trajano, oriundo de la Bética.
Una prueba más, si fuera necesario, que las culturas no conocían -¿no conocen?- fronteras ni pueden estudiarse independientemente. Una lección de historia.
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Las ruinas nos han dejado una buena colección de dístilos y trístilos, restos de pórticos. Tanto las auténticas como las ideadas por paisajistas y pintores. La pareja de columnas enhiestas es una imagen recurrente, debe tener una fuerza icónica singular. Por eso no nos resulta extraña esa composición.
ResponderEliminarSaludos,
Santiago
Ps. Deberían "trasladar" a las cigüeñas que han tomado posesión del monumento si quieren conservarlo adecuadamente, aunque soy consciente de las dificultades "políticas" de cualquier intento.
.. y tetrapilos, como los que puntean -o ¿punteaban?- el largo recorrido por la avenida central (el cardo, creo) porticada de Apamea, en Siria.
EliminarEl verbos que designan el emplazamiento de un monumento (funerario), como levantar, erigir, ya sugieren la búsqueda de la verticalidad, la instalación de un viático entre el cielo y la tierra.
Como un menhir, y tantas altas piedras erguidas.
No lo había pensado.
Muchas gracias