jueves, 17 de octubre de 2013

Jakub Wroński (1982): Amerykański sen (El sueño americano, 2007)


American Dream from jakub wroński on Vimeo.

5 comentarios:

  1. El sueño americano es el sueño, el deseo, más cercano al sueño humano en general, en sus diferentes variantes y para una mayoría de la población y en un momento temporal específico, el nuestro. De ahí, creo, su enorme éxito, su fuerza y su poder de seducción, es la mejor expresión de una esperanza. Una esperanza vana, naturalmente, y por ello falsa, pero esperanza al fin y al cabo.

    Ese éxito algo bueno debe de significar al mismo tiempo que todo lo contrario porque nada puede ser bueno para tantos.

    El corto ha sido una delicia.

    Saludos.

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  2. En mi comentario en el post del 6 de octubre “Sobre Jerry” de Hanna & Barbera, decía que cada uno de los cortos animados que animan este Blog, se defiende por sí solo, tal es la calidad de todos ellos.

    Una pura delicia.

    Y todos merecen comentarios. Recuerdo que en uno de ellos debajo de la entrada se decía: ¿Se puede hacer mejor?

    ¿Pero qué tipo de comentarios más allá de los elogios merecidos? Lo mismo ocurre con las entradas de piezas musicales. La prueba es que pocos textos los acompañan en la propia entrada, a gran diferencia de los que tratan de arquitectura, arqueología, mitología, filosofía antigua, etc. Como por otra parte es fácil de entender.

    No entro en este momento sobre los comentarios o análisis que se podrían hacer en las entradas de piezas musicales, me quedo sólo en los que podrían tratar sobre el cine animado como la muestra presente. Por cierto, para quitarse el sombrero.

    Hay una cuestión de base en el cine de animación poco comentada, al igual como ocurre en el Cómic, y es que su fascinación viene de la importancia de la imagen, de la gracia y misterio del dibujo en el caso del Cómic, y de lo mismo, más el movimiento y transformación, en el caso de la Animación. En ambas disciplinas, aunque el guión es importante y la narración y la imagen son inseparables, lo que cuentan o sugieren viene determinado por la forma; el placer intelectual y sensual que provocan nace de su estética. Eliminemos los textos de cualquier obra de Moebius, y los dibujos siguen subyugando; quedémonos sólo con su texto y la obra no alcanzaría ni al más regular de los relatos. Quitemos el sonido a cualquiera de estas animaciones, y no solamente nos seguirán fascinando, sino que la narración misma se entenderá ya que la mayoría están basadas sólo en lo que las imágenes en movimiento explican. En los casos donde hay locución, si la separamos de sus imágenes, aquella sola se quedará en poco más que en nada. Algo que no ocurre en el cine comercial con imagen real, más próximo a la literatura. La prueba es que en metrajes de hora y media hay películas que han igualado, si no superado, su precedente literario también de corto “metraje” (Los muertos, p.e.), y cuando el metraje es prolongado, como ocurre con las series televisivas, se puede desarrollar con lenguaje de cine contenidos” literarios” importantes y equiparables -con su propia poesía cinematográfica- al interés narrativo de las grandes novelas.

    Un cordial saludo.

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    1. Esto de acuerdo en que, en una animación, el dibujo y el movimiento, más que el texto y la música, son los que dotan a la obra de su carácter fascinante.
      Los criterios deselección de las animaciones son:
      a) Que, a poder ser, tengan temas arquitectónicos, urbanos, sobre el hábitat, o sobre la creación artística
      b) que recurran a técnicas innovadoras o menos conocidas (para mí), que incluso sugieran movimiento con imágenes quietas
      c) que me intriguen
      d) que tenga la sensación que aporten algo
      e) que no sean pretenciosos o ampulosos

      Para la música, trato también de incluir temas sobre arquitectura y ciudad, que me gusten.

      Muchas gracias por la reflexión sobre la animación, un género que parece está entrando en los museos de arte contemporáneo. Espero que no pierdan frescura, y no se vuelvan abstrusos

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  3. Eso espero yo también, pero miedo me da que entren en los museos. ¿Les va por eso a dar más categoría?
    Si está bien hecho, al menos sí un reconocimiento más amplio.

    Pero fíjese que cuando han entrado ha sido con su correspondiente aura de "arte", como los casos que usted ya mencionó de Kentridge y Pettibon, espléndidos por otro lado.

    Si le interesa que le sugiera ejemplos, dígame dónde se los puedo enviar, creo que el nick name va asociado a mi correo.

    Saludos,

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  4. el problema de la entrada de la animación en los museos es que ya no se proyectarán correctamente, según un horario, en una sala adecuada, sino a modo de video-instalación, en la que se entra y se sale a cualquier hora, sin que se sepa a qué hora empieza la proyección.

    Muchas gracias por la propuesta.
    Su email no aparece en su mensaje.
    El email del blog es tochoocho@gmail.com

    Gracias de nuevo

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