sábado, 25 de abril de 2020

Rap en Mesopotamia: Kanye West (1977) en Babilonia (2019)



El imaginario mesopotámico -bíblico, en este caso- sigue fascinando, o causando estragos. Reyes distantes y sanguinarios, dedicados a la caza y matanza de leones, monstruos descomunales, imperios extensísimos sometidos a los vaivenes de la fortuna, ciudades sin ninguna planificación, dominadas por palacios y santuarios, masas sometidas y ejércitos devastadores de arqueros, guerras permanentes, y una crueldad refinada, amén de imágenes decadentes de lujo y lujuria, siguen configurando la imagen de Mesopotamia.

El cantante Kanye West, esposo de Kim Kardashian, estrenó una "ópera" -que algunos críticos calificaron de oratorio- sobre el rey neo-babilónico Nabucodonosor II, conquistador de Jerusalén, y reconstructor de Babilonia a la que dotó de centelleantes puertas y murallas vitrificadas, conocido también a través del Antiguo Testamento que lo retrata como un monarca cruel, impío y loco, antes de caer ante la grandeza de Yahvé con quien rivalizaba -"ópera" que nada tenía que ver con la célebre Nabucco, de Verdi-, en Los Ángeles, el pasado noviembre, seguido de tibios comentarios.


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