martes, 9 de noviembre de 2021

Sic transit...




















El prestigio de arquitectos como Coderch, Grupo R o Sostres, en los años sesenta del siglo pasado, ha eclipsado a otros arquitectos, quizá más interesantes, como el primer Ricardo Bofill, Giráldez, Íñigo y Subías, o Tous y Fargas.

Cuando la nave industrial de los productos alimenticios y farmacéuticos Dallant ardió hace un año, la historia de la arquitectura no pestañeó. ¿Quién hubiera podido reconocer en esta nave azul poligonera el exquisito proyecto de vidrio y hierro para los laboratorios Dallant, fundados por el farmacéutico Hausmann (inventor o divulgador del bitter Kas), que Tous y Fargas construyeron en 1963?

Conocido es el sublime gusto artístico de cierta élite futbolista, amante de la mesura y la contención. Por este motivo, no sorprendió que el futbolista argentino Maradona -célebre por la iglesia dedicada a su divina figura-, instalado en Barcelona, adquiriera, a principios de los años 80 del siglo pasado, a la empresa Meyba (Mestres y Ballbé), fabricante de camisetas y pantalones cortos para el Futbol Club Barcelona, la deslumbrante villa Ballbé, un imponente zigurat de vidrio -un perfecto juego de nítidos paralelepípedos de vidrio-, levantado en una calle en pendiente en lo alto de Barcelona, en 1958, por los arquitectos Tous y Fargas, y la convirtiera, con todos los permisos municipales y futboleros, en una mansión de estilo Tudor (Tout d´Or).

Tras la ascensión del astro y su desaparición de la ciudad, la desfigurada villa fue adquirida por el empresario de moda Francisco Valiente, quien encargó a su interiorista, el arquitecto Eduard Samsó, lo que sería su primera obra de arquitectura: la reconstrucción de la Villa Ballbé. 

Pese a que el arquitecto Tous escribiera que la villa fue restaurada, con leves cambios, a partir de los planos originales, lo cierto es que este arquitecto no reconocería la villa cuando la visitó tras su reconstrucción, y hoy, tras la parcelación del jardín circundante, aparece como una mansión con delgado aplacado de piedra ocre en planta baja, típico de la arquitectura moderna barcelonesa de los años 80, perfiles metálicos grises y ventanas cuadradas.


Agradecimientos al actual propietario de la villa por las informaciones aportadas.


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