viernes, 18 de abril de 2025

Silencio











 


Tocho: Procesión del silencio, Badalona (Barcelona), Jueves Santo, 17 Abril 2025


Cuántas actividades realizamos en silencio : pensar, meditar, rezar, imaginar, soñar, idear, leer, escribir, todos quehaceres intelectuales o contemplativos. Los trabajos manuales, en cambio, casan con el ruido, el tecleo de las máquinas. 

El silencio activa la mente. El universo inteligible es silencioso. La música de las esferas es inaudible. 

Creeríamos que el silencio se asocia con la muerte si el desgarro de las plañideras no contradijera esta afirmación. 

Ni siquiera las procesiones del silencio del Jueves Santo cristianas (católicas) ponen en entredicho la cuestionada relación entre el silencio y la muerte. Apenas suena la campana, las voces se acallan, como si huyeran por un sumidero, y un denso silencio cae, un silencio que pesa, que nos pesa. Es cierto que las procesiones castellanas -que son las que se escenifican en Cataluña- representan las doce estaciones del martirio de Jesús, del prendimiento y su juicio, hasta la tortura, la condena a muerte, la ejecución y el enterramiento. Grupos escultóricos llevados a hombros - o arrastrados sobre ruedas- desfilan en silencio, apenas roto por el canto lastimero de un niño vestido de blanco, entre porteadores de cirios y nazarenos encapuchados, algunos encadenados, que preceden y cierran el desfile entre la  trémula luz de las velas.

Pero el silencio no es una expresión mortuoria o ni siquiera de respeto.

El verbo latino sileo -que ha dado la palabra silencio- significa callarse. Se sabe pero no se dice. La callada por respuesta. Calla quien nada tiene que contar, o quien escandalizaría si revelase todo lo que sabe.  Se calla porque se tiene demasiado qué contar, o porque no se puede contar lo que se sabe. Porque uno se sonroja de lo que sabe. Lo que debería hacerse público debe permanecer en secreto. Es un misterio inexplicable o que no puede divulgarse. La razón no llega a entender el porqué de lo que ocurre. Son hechos que rebasan la humana comprensión. Hechos sabidos injustificables, sobre los que no se puede -quizá no se deba- echar luz. No se revela lo que es profundo, si bien la profundidad se obtiene -o se concede- porque no se expone. La confesión revelaría la banalidad o inanidad del hecho o acontecimiento mantenido en secreto. En este caso, la violencia ejercida, el daño causado, la venganza cruel, y el lavarse las manos ante el dolor. Es decir, acciones y decisiones muy humanas. El silencio que se impone es el de la vergüenza por el daño y el dolor que causamos voluntariamente o por indiferencia. Bien lo sabemos en 2025; bien sabemos que no hacemos sino comportamos como humanos cuando y porque desviamos la mirada, mirando a otro lado. Y callamos.


2 comentarios:

  1. Demasiado ruido en estos tiempos. Algunos lo soportamos mal. Se puede buscar el silencio. No es preciso depender de ningún clan. Uno debe saber sobre sus espacios recónditos y ayudarse de un ámbito, acogiéndose a él. De niño yo me refugiaba bajo una higuera. A veces entro en un tempo o en unas ruinas para percibir el silencio. El silencio es la mejor plegaria para quienes ni siquieran participan del ruido litúrgico ni siguen los rituales ad hoc. Gracias.

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    1. El silencio aconteció de golpe, a las 21 horas; se escuchaba entonces hasta el viento. Silencio respetado, esperado, bienvenido.

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