jueves, 14 de octubre de 2021

Sistemas representativos

Aunque la representación en perspectiva renacentista no sea la única manera de plasmar una forma tridimensional en un plano, de manera ilusoriamente real, es, sin duda, la manera cómo se traza una imagen que más se acerca a la imagen que los ojos descubren. Las perspectivas cabelleras de las miniaturas persas y de la pintura china ofrecen imágenes convincentes, pero éstas son menos engañosas para los sentidos.

Sin embargo, la ilusión que la perspectiva renacentista ofrece contrasta con la insuficiencia informativa que brinda sobre la forma representada, ya que escamotea dos caras, que quedan ocultas, y deforma hasta tal punto la tercera dimensión que es imposible saber a fe cierta cuál es la profundidad del objeto plasmado.

El cubismo desmontó dicho sistema representativo en favor de una nueva manera de ofrecer datos necesarios para construir o reconstruir una imagen que diera fe de la forma de un objeto. Una representación cubista yuxtaponía distintas vistas, frontales, laterales, en planta, en alzado, etc., en un mismo plano, siempre con el peligro de la ilegibilidad de la imagen resultante.

El cubismo no fue el único sistema que recurrió a la multiplicidad de vistas. Ya la representación egipcia combinaba vistas de frente y de perfil, así como plantas y proyecciones (alzados y secciones) de modo que en una misma imagen se obtuvieran datos suficientes para "tomar las medidas" de la realidad.

Pero fue el sistema representativo de amerindios del Noreste -los Tsimshian- los que compusieron imágenes unitarias a partir de múltiples vistas completas. Dicho sistema llegó a los museos etnológicos europeos en el momento en que el cubismo fue descubierto. Es posible que esta coincidencia en el tiempo no fuera casual.

Dicho sistema representativo amerindio juntaba vistas laterales hasta componer una imagen en apariencia frontal, que se completaba con detalles frontales siempre que la representación frontal proporcionara una imagen clara y convincente del objeto representado -un animal, por ejemplo. 

Así, la imagen de un animal, que se asemeja a una máscara o a un animal fantástico, se compone, en verdad de vistas laterales unidas por un eje vertical, ya que las vistas laterales son las que mejor destacan los "perfiles" de las cosas.

Esta búsqueda compleja de proyectar en un plano la tridimensionalidad de un objeto, dando lugar a una imagen reconocible, interpretable, se ha llevado a cabo mediante diversos sistemas que combinan vistas únicas y plurales, desde un mismo ángulo o ángulos diversos desde los que se observan detalles significativos que escapan a una observación que no rodea el objeto, que se cerca y se aleja, se centra en un detalle antes de fijarse en el conjunto, tratando de captar lo que constituye la singularidad de un objeto, sin que su identificación se resiente, sin que el objeto nos parezca un ente o un ser extraño y, por tanto, temible o ajeno a nosotros.



   

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