sábado, 6 de julio de 2024

Viaje




Hércules se encontró ante un cruce de caminos al final de su vida. A la izquierda, una senda empinada, pedregosa y árida que zigzagueaba ascendiendo por una montaña entre afilados riscos. El camino parecía no tener fin ni llevar a ningún lugar. Una muchacha vestida sobriamente, sin afeites ni ornamentos, el pelo recogido, la cara limpia, seca, severa y digna, cuidaba el acceso. 

A su vera, a la derecha, una amplia senda ondulante, bordeada de prados floridos y árboles frutales ascendía lentamente. La calzada no tenía obstáculos. El suelo era liso. Ni barro ni un pedregal. Una joven hermosa, hermosamente vestida, sonriente y enjoyada, seducía para escoger el camino.

Uno, arduamente, conducía  al cielo. El otro…

En cualquier caso, la vida era un viaje, y la elección del mismo determinaba la vida que esperaba al viandante, en esta y en la otra vida.

El viaje es, en cierto modo, un modo de vida. Viaje está asociado a viático, que designa lo imprescindible para el vida: el sustento para el camino. Camino o vía , de donde derivan las palabras viaje y ciático. Una vía real, recta o tortuosa, y metafórica: una manera de vivir. La única manera. La vida sin el viaje no se concibe.

El vía, la senda traza la duración y el sentido de nuestra vida. Una línea nos lleva. El fin de la vida es el fin del viaje.

Quienes rehuyen la vida, por miedo, desprecio o rechazo del otro, se encierran en un mismo lugar acotado y con la puerta cerrada.

Durante el trayecto encontraremos con otros viajeros: rectos, truhanes, altivos o pedigüeños. Tendremos toda clase de encuentros y encontronazos. Querremos dar media vuelta y volver al inicio del camino, como si nos hubiéramos equivocado al escoger la senda. Pero no hay vuelta. Todos viajamos. Y todos tenemos hacia donde la vía nos lleva. Podemos dejarnos llevar, como si el camino nos arrastrara. Pero el camino es solo el medio para que nuestra vida acontezca.

Hoy querríamos que los viajes no tuvieren lugar: o que apenas encontráramos a unos pocos viajeros.

Hoy tememos el camino. Querríamos no tener que escoger. Quietos.

Hércules, al suicidarse, creyó haber errado en la elección. Hoy, preside a la diestra de su padre Júpiter.



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