martes, 17 de enero de 2023

Ani-mall
























 Fotos (salvo la portada del disco): Tocho, enero de 2023

Los lectores de más edad quizá recuerden la sorpresa que produjo la publicación del disco Animals de Pink Floyd, no tanto por su menor gancho que Wish you Were Here, un LP publicado dos años antes, y por el rencor que las letras desprendían, sino por la portada. Costaba creer que el edificio fantástico y fantasioso, irreal, semejante a una maqueta retro-futurista, de los años 30, existiera y se hallara aún en funcionamiento en pleno centro de Londres. Un edificio gigantesco y extraño que paradójicamente había pasado relativamente desapercibido (aunque aparece, por ejemplo, en la película Help! de los Beatles)

Se trataba de una desmesurada central eléctrica, obra de Giles Gilbert Scott, construida en ladrillo, alimentada con carbón, que proporcionaba electricidad al palacio real, al parlamento y a una parte de la ciudad. Construida en los años treinta, parecía un templo gótico vuelto del revés. Pocos años más tarde, cesaba toda actividad.

Se hallaba en una barrio degradado parcialmente aun en ruinas tras los bombardeos masivos de la  Segunda Mundial, rodeado de fábricas en desuso, abandonadas y medio derruidas.

Una propuesta de rehabilitación proponía convertir la central en la sede de pisos de protección pública, pero las promotoras que planeaban ya un barrio de edificios de lujo, según el planeamiento del arquitecto uruguayo Viñoli, no aceptaron. El gran bloque de Frank Gehry, que se asemeja a una copia de un edificio de Frank Gehry,  a pocos metros de la central, no estaba dedicado para la clase baja.

La sede, enteramente desmontado y reconstruida, finalmente se ha reconvertido en un inmenso centro comercial de marcas de lujo (un “mall”), recién inaugurado -y aún en obras-, al que se llega  con una nueva línea de metro, y que atrae a miles de compradores y visitantes en un barrio -o no-barrio- poblado de grandes edificios de viviendas con muros cortina, cajas de vidrio transparente, apegadas a la central, casi tan altos como ésta, que a duras penas puede con el asedio de las jaulas de cristal que la envuelven, edificios que se miran en el Támesis y que seguramente pasarán a mejor vida mucho antes que Battersea (que así se denomina el mejor edifico londinense, con perdón de las sobrecogedoras iglesias dieciochescas de Nicholas Hawksmoor, uno de los mejores arquitectos barrocos europeos).


Agradecimientos al arquitecto Lucas Dutra por las precisiones 



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