jueves, 31 de agosto de 2023

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Fotos: Tocho, agosto de 2023


Es cierto. Los últimos grabados de Miró ni siquiera fueron firmados por él: estaba demasiado enfermo para poder, al menos, autentificarlos. Se compusieron a partir de diversas planchas con motivos “mironianos”. Bien es cierto también que Miró produjo demasiado, se repitió, realizó carteles que parecían caricaturas de sus mejores obras.

También es cierto que el arte contemporáneo acepta cualquier material, cualquier formato, cualquier técnica, desde la fotocopia hasta el recorte de periódico.

Existen obras llamadas seriadas, obras de tirada indefinida, obras que no han sido no solo materializadas sino tampoco ideadas por quien se atribuye su autoría.

El apropiacionismo es un “ismo” legal y reconocido que consiste en replicar obras ajenas -indicando el nombre del autor de la obra imitada o duplicada.

Los temas y casos de derechos de autor ocupan centenares de páginas sobre derecho. Las diferencias entre copia, plagio, versión, variación, son sutiles, a veces borrosas. Una nota tan solo puede diferenciar legalmente una obra musical original de un plagio. Las decisiones sobre la autoría y los derechos pueden exigir años de estudio y un número inabarcable de escritos.

Dicho eso, una exposición que se presenta como un homenaje a un artista y que quiere mostrar las distintas facetas de su arte, que exhibe hojas de catálogo -que en el comercio valen unos pocos euros- enmarcadas, acompañadas de una cartela que indica que se trata de una litografía (cuando es una impresión maquinal) -que indica cómo título de la obra:  Litografía, convirtiendo así, rizando el rizo, una técnica en un título, una innovación , sin duda-, fotos impresas como obras originales, hojas de programas de mano o de folletos -que se pueden adquirir en una librería- desmontadas y enmarcadas (con marcos de delicados colores como el amarillo limón, a tono con la “obra”), acompañadas de cartelas con un texto que no indica la procedencia sino que da a entender que es una obra y no una ilustración, junto con un montaje que reproduce en las paredes los motivos expuestos en papeles impresos (diluyendo así la frontera entre obra y fondo, una revolución en el arte, sin duda, buscando la obra total), y acompañadas de proyecciones que convierten obras originales en dibujos animados, quizá sea excesivo, incluso dentro de lo que es capaz de tragar una exposición de arte contemporáneo que, curiosamente, está siempre férreamente atada legalmente. 

Ni Dali se habría atrevido a tanto. Quizá sea éste el mérito de la “exposición “ dedicada a Miró que se presenta en Trieste (Italia). Si tienen estómago….

El comisario es un reputado teórico de arte italiano  de ochenta y tres años. A la vejez, viruelas. Total…

https://museorevoltella.it/omaggio-a-miro/




2 comentarios:

  1. Por crear creó y supongo que vendió la imagen corporativa de la Caixa, creo, ¿no?

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    1. Miró vendió un tapiz a La Caixa en el que se encuentra esta estrella , que fue convertida en logotipo por un diseñador tras la muerte de Miró. Miró no pudo cobrar por este uso. Desconozco si la Sucesión Miró ha cobrado o cobra, pero al parecer no recibe nada

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