sábado, 30 de abril de 2016

La ciudad y el agua: El Rec Comtal de Barcelona (ss. II-XXI)












Rec Comtal (ss. XIX-XX)




Carles Enrich (1981): Propuesta del trazado del Rec Comtal por Barcelona, hoy cubierto por acwras y calzadas.

















Fotos: Montserrat Domínguez, Judit Gabriel & Tocho, abril de 2016

El Rec Comtal fue, desde la Alta Media hasta mediados del siglo XX, el canal que aportaba agua potable desde Montcada hasta el centro de Barcelona. El trazado utilizaba o seguía el acueducto romano -algunos de cuyos pocos tramos se conservan tanto en la periferia como en el centro de la ciudad-, con la salvedad que éste aportaba agua para los habitantes de la ciudad de Barcino (la Barcelona romana), mientras que las aguas del Rec Comtal, salvo en períodos de sequía, se utilizaban sobre todo para regadíos, gracias a acequias perpendiculares al canal central. Su perfil, apoyado en un muro vertical que contenía las tierras por un lado, y un talud por otro, abierto en numerosos puntos por las acequias, permitió que el Rec Comtal -el nombre procede de los Condes de Barcelona que desde el siglo XII reinaban en la ciudad- estuviera perfectamente en uso durante mil años.
El nombre de varias calles y callejuelas de Barcelona, que siguen el trazado cubierto del canal, recuerdan la presencia y la función de éste, cuyas aguas también alimentaban molinos, lavaderos públicos, talleres de curtidores, y fábricas textiles ya en el siglo XIX.

Los arquitectos municipales Montserrat Domínguez y Aureli Santos, junto con el arquitecto Carles Enrich (tres de los mejores arquitectos españoles), promueven desde 2014 la restauración de esta arteria de la que dependió la vida de la ciudad de Barcelona durante dos milenios, lo que incluye el levantamiento de calles poco transitadas, y la recuperación no solo del trazado sino de la presencia efectiva del canal por el barrio de Sant Andreu principalmente.
En la población de Montcada y en el barrio barcelonés de Vallbona la recuperación ha sido tan efectiva que el baño, sobre todo infantil -común en los siglos XIX y principios del XX-, vuelve a estar autorizado.
El deseo del actual gobierno municipal de mejorar barrios periféricos, cruzados por toda clase de nudos de comunicación y pasos elevados grises, debería permitir que el proyecto pudiera seguir llevándose a cabo.

Agradecimientos a estos tres arquitectos por la excepcional y generosa visita, explicaciones y documentación.
Los errores del texto son solo imputables a este blog.

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