El consejero del Interior del gobierno autónomo catalán, Joan Saura, ha anunciado que, en vez de castigar a los infractores de tráfico, se premiará a los que conduzcan correctamente, sin ir bebidos, siguiendo las normas de circulación y respetando la velocidad máxima. Les tocará un digui-digui de inglés en Irlanda. Es más bonito premiar y castigar. "Aumenta la pedagogía".
"En la campaña también regalarán 2.000 carnés del club TR3SC para obtener descuentos en la programación cultural catalana". Así que si quiere escapar a "Secrets de familia", pise el acelerador.
Es una muy buena idea. Se debería extender. Por ejemplo, premiar a quienes no roben, no destrocen el mobiliario público, no alboroten como energúmenos cuando las "celebraciones" deportivas, no asesinen ( a su mujer, practicando "violencia de género") y no ahoguen al consejero en un barril. O no lo facturen a Irlanda.
Si el curso puede ser en Hollywood, cerca de Angelina Jolie, mejor.
¿Irlanda? Ratas
PS: Esta decisión, ¿no revela una actitud condescendiente del político para con el ciudadano de a pie -o en coche? Se le premia por portarse bien, es decir, como dicta el que gobierna. El domador de circo, ¿no se trata así a "sus" focas, regalándoles una sardina cuando saltan bien, forman, sueltan grititos, y mueven la cola con salero?
El mejor de los mundos.
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