Cuando paso por tu puerta
La tarde me viene a herir
Con su hermosura desierta
Que no acaba de morir.
Tu puerta no tiene casa
Ni calle: tiene un camino
Por donde la tarde pasa
Como un agua sin destino.
Tu puerta tiene una llave
Que para todos rechina.
En la tarde hermosa y grave
Ni una sola golondrina.
Hierbas en tu puerta crecen
De ser tan poco pisada;
Todas las cosas padecen
Sobre la tarde abrasada.
La piel de tu puerta encierra
Un lecho que compartir
La tarde no encuentra tierra
Donde ponerse a morir.
Lleno de un siglo de ocasos
De una tarde azul de abierta,
Hundo en tu puerta mis pasos
Y no sales a tu puerta.
Y la tarde azul corona
Tu puerta gris, de vacía.
Y la noche se amontona
Sin esperanzas de día.
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